Ámame ahora y siempre

Priscila Serrano

Fragmento

amame_ahora_y_siempre-1

Prólogo

Peter llegó como cada día a su Instituto Puente Marco, llamado así por estar ubicado al otro lado del puente que separaba España de Portugal, apenas a unos pocos kilómetros. Al llegar vio a su mejor amigo, Carlos, que estaba con su novia Alba. Era una chica delgada y bajita, pero con una cara muy linda. Carlos vivía en España y Peter en Portugal, pero eran amigos desde la infancia, casi hermanos.

—Hola, chicos —saludó Peter al llegar. Carlos se separó de Alba y saludó a su amigo.

—Hola, ¿qué te pasó ayer? ¡Me dejaste tirado en la fiesta de Arturo! —exclamó Carlos.

Peter sonrió con picardía. El día anterior estuvieron en una fiesta que dio su amigo Arturo. La fiesta la hizo sin motivo aparente, el lema de Arturo era que si tenías ganas de fiesta, ¿por qué no hacer una? Peter dejó tirado a Carlos porque se fue con una chica. Estuvo con ella toda la noche. Así se divertía él, no tenía compromiso con ninguna, si le gustaba alguna iba a por ella sin más.

—Me fui con Melody —respondió alzando las cejas.

—¿Me dejaste tirado por esa? Estás perdiendo facultades, hermano.

—Anda, cállate y vamos a entrar, que ya falta poco para terminar la tortura del instituto.

Les faltaba poco para terminar y coger vacaciones. Aunque en realidad ya se graduaban. Segundo de bachillerato había sido muy duro para ambos. Entraron en la primera clase de Física. Al entrar lo primero que dijo la profesora es que tenían un examen. Peter bufó, se olvidó por completo del examen que tenían, menos mal que era un chico que atendía en clase y pocas veces le hacía falta estudiar.

Después de una hora haciendo el examen, salieron de clase y se fueron a la cafetería. Se sentaron en una de las mesas que había cerca de la ventana. Carlos y Alba estaban todo el rato besándose y no hablaban con Peter, que llegaba a tal punto de levantarse e irse, no los aguantaba.

Se levantó como cada día para dejarlos tirados. Fue hasta la salida y, al llegar, chocó con una chica rubia que jamás había visto.

—Lo siento —se disculpó ella.

Peter la miró y se quedó sin habla. Era preciosa, tenía el pelo largo y sedoso, los ojos verdes más bonitos que había visto y una boca tan perfecta como ella misma.

—No, lo siento yo —respondió Peter. La chica lo miró y le sonrió. A Peter casi le da un micro infarto al ver esa sonrisa.

—No, por favor, iba distraída, todavía no conozco bien el edificio.

—¿Eres nueva? —preguntó Peter. Ella asintió sonriendo.

«Joder, espabila Peter», pensó.

—Perdón, ni siquiera me he presentado. Me llamo Bibiana —se presentó extendiendo la mano.

—Encantado. Soy Peter. —Cogió la mano de la chica.

Escucharon una tos que provenía detrás de ella. Eran unos chicos que querían entrar en la cafetería y como ellos estaban en medio no podían pasar. Bibiana se apartó y los dos rieron al darse cuenta. Peter le dijo a Bibiana que fuera con él, le iba a presentar a sus amigos, así por lo menos conocería a alguien más. Llegaron hasta donde estaban Carlos y Alba y estos dos seguían en la misma postura de minutos atrás cuando Peter los dejó.

—Carlos, para de una vez que te la vas a tragar —habló Peter haciendo reír a Bibiana.

Inconscientemente, se quedó mirándola embobado cómo reía. Carlos paró de besar a Alba y miró a Peter para luego pasar la mirada a Bibiana, lo que provocó que se quedase mudo al verla.

—Carlos, esta es Bibiana, es nueva —la presentó Peter. Este se levantó y le dio dos besos. Eso a Alba no le hizo mucha gracia.

—Ella es Alba, la novia de Carlos —mencionó Peter al darse cuenta cómo su amigo la miraba.

Quería marcar territorio, él la vio primero. Bibiana no borraba la sonrisa de la cara. Era una chica muy simpática y risueña y tenía a los dos amigos completamente hipnotizados.

Cuando acabaron las clases Peter se ofreció a acompañar a Bibiana a su casa y ella aceptó. Por el camino iban hablando de sus familias y conociéndose. Ella era andaluza, concretamente de Cádiz, pero por motivos de trabajo de su padre se mudaron a Badajoz y ahí estaba. La vida de los dos era muy parecida, puesto que Peter era de Francia y se mudaron a Portugal por los mismos motivos que ella. Se les hizo el camino muy corto para seguir hablando, pues ya habían llegado a su casa.

—¿Te gustaría salir conmigo? —preguntó él.

—Claro, estaría bien —aceptó nerviosa.

Se despidieron y quedaron para salir. Por la tarde la recogería para llevarla a una cafetería del centro de Portugal donde hacían las mejores tortitas del mundo, según él.

Al caer la tarde Peter llegó a su casa sobre las seis. Bibiana salió y nada más verlo se le iluminó la cara. Él le sonrió marcando los hoyuelos que le salían en la cara y haciendo que ella se derritiera por completo. Se montaron en el coche y emprendieron camino hacia la cafetería. Después de unos cuarenta minutos, llegaron a su destino. La cafetería por fuera se veía moderna, pero luego al entrar era rústica y antigua. A Bibiana le encantó la decoración. Todo era de madera oscura y lo único que resaltaba eran las cortinas de color azul claro. Era muy acogedora.

Pasaron la tarde comiendo tortitas y tomando batidos de chocolate. Lo estaban pasando genial. Sin embargo, Peter se sentía raro, él jamás había hecho eso con una chica, pero con ella era diferente. No sabía el motivo, lo único que sentía era que con ella debía de ir despacio, con ella quería ir despacio. Le gustaba mucho. Se dio cuenta nada más al verla sonreír. Porque al ver esa sonrisa sabía que quería verla por el resto de su vida.

amame_ahora_y_siempre-2

Capítulo 1

Año 1990

Dos semanas después

Ya habían terminado el instituto. Peter se graduó con honores, en cambio a Bibiana le quedaba un último año para acabar.

Ellos cada vez estaban más unidos, aunque aún no eran nada, solo amigos, de hecho ella, Peter y Carlos se habían convertido en los mejores amigos, a todos lados iban juntos.

Carlos llevaba una semana de soltería, su novia Alba lo había dejado porque al graduarse se fue a Nueva York con sus abuelos, ya que siempre había querido estudiar periodismo y allí tendría más oportunidades que en Europa.

Peter iba a estudiar arquitectura y Carlos quería ser piloto y la manera más fácil para conseguir eso era metiéndose en las Fuerzas Armadas. Ya lo tenía más que decidido, en unos meses Carlos se iría.

Bibiana estaba metida en el conservatorio, ella quería ser bailarina y cuando terminara el instituto se metería de lleno en lo que era su pasión.

La tercera semana había pasado muy rápido y en un pueblo que había cerca de Badajoz empezarían las fiestas, las que los chicos no se perdían por nada del mundo y esta vez llevarían a Bibiana que estaba como loca por ir.

***

Peter estaba en la cocina preparándose para comer algo antes de recoger a sus dos amigos, cuando su padre entró y

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos