Cuando te encuentre

Natalia S. Samburgo

Fragmento

cuando_te_encuentre-3

Prólogo

En el año 3215, todo es distinto. Existen tres continentes y noventa millones de habitantes en todo el mundo. El nuevo mapa del planeta está compuesto por Eurasia, África y Sud. Hay dos océanos: el Atlántico y el Del Mal.

Nuestro planeta se mantuvo de una manera muy diferente durante siglos, hasta que dos hechos lo modificaron todo.

El primero fue en el año 2120. El desprendimiento de dos glaciares en el Ártico y en la Antártida, por el calentamiento global, produjo un tsunami de dimensiones indefinibles. Ninguna medida podría reflejar la voracidad del hecho. Las aguas lo cubrieron casi todo. Países y ciudades quedaron cubiertas y jamás volvieron a aparecer. Como esta catástrofe pudo ser detectada, lograron evacuar algunos pueblos. Las naves de rescate creadas por los africanos tuvieron su primera misión, pero no daban abasto. Japón desapareció. Todo el oeste de América quedó bajo las aguas que solo pudieron ser frenadas por la Cordillera de los Andes. Oceanía ya no existe y el este de Asia nunca volverá.

Unos años antes de ese hecho, Sudáfrica se perfilaba como potencia mundial al descubrir yacimientos de oro en sus tierras. En aquel momento, alrededor del año 2093, un presidente honesto logró explotar el gran descubrimiento. Desde el Congo hasta las tierras del sur se unieron para formar un solo Estado y comenzaron los avances en materia tecnológica, naval y espacial.

El segundo hecho, que modificó la anatomía de nuestro planeta, ocurrió en el año 3017. Un meteorito se desvía de su órbita, atraído por la gravedad de la Tierra, e impacta casi sin desintegrarse sobre lo que alguna vez fue América del Norte. Las aguas glaciares y el Atlántico saltaron ante el impacto para luego caer en un inmenso cráter y cubrirlo por completo. El hecho se sintió en toda la Tierra. Millones de personas temieron que el final hubiera llegado. Pero solo lo fue para algunos. Nada de aquel territorio quedó en pie; ni siquiera el suelo. El agua se adueñó del lugar. De América solo quedó el Sur: desde lo que antes era Venezuela hasta el sur de Argentina y desde la Cordillera de los Andes hasta Brasil y Uruguay. Los jefes de estado de los países de este nuevo continente decidieron denominarlo simplemente Sud.

En el año 2015 la cantidad de habitantes en el mundo era de 7.324.782.000. En la actualidad, los 90.000.000 existentes representan solo 1,2% de lo que fue la población del planeta por aquellos años.

Hoy, 1200 años después del año base, según los expertos, los avances tecnológicos son magníficos. A pesar de haberse perdido gran parte de los países que tenían a su cargo los principales descubrimientos astronómicos —como la NASA, en USA, o en la biología, en Australia—, los países sobrevivientes lograron llevar adelante proyectos para viajar al espacio, maquinaria para recorrer varios kilómetros bajo tierra, equipos para pilotear con energía solar, se crearon vacunas para prevención del SIDA, de cien tipos de cáncer y de la hepatitis A y C. En Eurasia, se inventaron los vehículos voladores que podían ser conducidos por particulares. Las redes subterráneas comunicaban países de este continente y las personas podían vivir de manera más libre en uno u otro lugar del territorio.

En el norte de África, ya no hay pobreza, como solía haber. Todo es prosperidad. Los países más avanzados fueron introduciendo maquinarias para labrar la tierra, y los nativos decidieron explotarla y se adaptaron a los avances tecnológicos a los cuales antes se negaban.

En Sudáfrica, que ocupa desde el centro del continente hacia el sur, los progresos son abismales. Ideas sobre robots, como alguna vez existió en Japón, ahora se hacen realidad en este país. Estas máquinas pueden limpiar, servir, curar o divertir. Los robots son una especie de esclavos de otra época.

Hace más de dos siglos, un científico se animó a más. O así contaba la leyenda. Creó una máquina para trasladarse en el tiempo. Mediante procedimientos cuánticos, podía lograr que una persona estuviera en dos lugares al mismo tiempo. Las primeras pruebas, dicen, las hizo con su discípulo Gerard. Las siguientes se hicieron trasladándolo a un lugar lejano, desde donde llamó y estableció una comunicación telefónica. Pero todos esos experimentos fueron en el mismo día y, por lo tanto, Gerard volvía en sí cuando quería. El problema fue cuando intentó viajar al año anterior. No se hallaba la salida para que volviera. El creador de la máquina la apagó en un intento por terminar con el viaje. Pero el discípulo murió. El proceso de viajar en el tiempo necesitaba un motivo para hacer regresar a las personas a la actualidad. Debía trabajar sobre ello y lo lograría. Al menos eso contaba la leyenda.

cuando_te_encuentre-4

Es tan grande lo que siento por ti

Que tenerte no bastará

Que esto que me invita a vivir

Que me da la ilusión

Que será esa fuerza

Que a todos nos une de dos en dos

Será la fuerza del corazón

Hace que

Te abrace y los cuerpos lleguen a estorbar

Tiemblo solo con la idea de rozar

Tus labios llenos de besos nuevos

No puedo dormir robas mi tranquilidad

Alguien ha bordado

Tu cuerpo con hilos de mi ansiedad

De cinturón tus piernas cruzadas

De mi espalda un reloj

Donde tus dedos son las agujas

Que dan cuerda a este motor

Que es la fuerza del corazón

La fuerza del corazón

Compositor: Alejandro Sanz

cuando_te_encuentre-5

Capítulo 1

Palacio Mandela

Año 3215. Sudáfrica. Palacio Mandela. Hallado en ruinas por haber sido bombardeado por Sud en 3018. Casi 200 años después, se comenzó el proceso de recuperación.

El edificio Mandela se halla en la costa este de Sudáfrica, en lo que antes era Malawi. Fue construido en el año 3000 por la Orden Alfer, conmemorando el aniversario de la muerte de Mandela, para albergar estudiantes universitarios y promover estudios científicos.

La Orden Alfer fue creada por Jonathan Alfer. En la actualidad, es dirigida por su tataranieto, un hombre ambicioso, militar, extremadamente rico y poderoso. Tal como su ancestro, confiaba en el entrenamiento y en el poder de convencimiento. Su objetivo era dirigir «ejércitos inteligentes», como él los llamaba. Quería reclutar personas de gran coeficiente intelectual para desarrollar tecnología y lograr avances científicos. Al menos eso era lo que se sabía.

Luego del bombardeo, todo quedó en ruinas. Como habían sido prevenidos, el edificio fue evacuado, por lo que no hubo víctimas. Además, quienes atentaron contra el Palacio lo hicieron cuando sabían que no había gente allí. Su misión no era

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos