Cuídate

Xevi Verdaguer

Fragmento

cap-1

Introducción

 

Podemos afirmar que vivimos en un entorno estrogénico donde el sedentarismo, el estrés, el consumo excesivo de alimentos procesados, la toxicidad del aire, el uso de plásticos, detergentes y cosméticos químicos, los pesticidas presentes en los alimentos naturales como frutas y verduras y el exceso de alimentos de origen animal podrían ser la causa del desequilibrio hormonal que cada vez nos encontramos con más frecuencia: el exceso de estrógenos. Si bien los estrógenos son hormonas indispensables para un correcto funcionamiento sexual, inmunitario, nervioso y digestivo, un exceso de ellos nos condiciona a tener problemas de salud tales como: enfermedades autoinmunes, cáncer de mama y de útero, endometriosis, problemas de fertilidad, etc.

A pesar de que podemos influir positiva y negativamente con nuestros hábitos de vida sobre este nivel de estrógenos, existe una predisposición biológica a la predominancia estrogénica que se establece desde la gestación y que marca desde el nacimiento hacia dónde se inclinará nuestra balanza hormonal. La longitud de nuestros dedos índice y anular nos da una gran pista sobre lo que será nuestra futura salud hormonal. Observa tu mano derecha, si tu segundo dedo es más largo que el cuarto, seguramente tendrás que tomar medidas y seguir los consejos que contiene este libro para reducir un posible exceso de estrógenos. Si, por el contrario, tienes el cuarto dedo más largo, tu vida hormonal estará influenciada por la hormona masculina, los andrógenos, y aunque los rasgos y los riesgos cambian, también tendrás que poner en marcha estrategias para deshacerte de un exceso de ellos.

Los estrógenos se producen en varios órganos del cuerpo, principalmente en los ovarios durante la edad fértil, y otra gran parte se fabrica gracias a una enzima llamada «aromatasa» que está muy activa en personas con grasa acumulada, así que el aumento de peso y la consecuente acumulación de grasa hacen que tengamos más estrógenos.

A lo largo del libro irás comprendiendo cómo puedes llegar a acumular un exceso de estrógenos y los consejos para prevenir y revertir esta situación.

Por otro lado, la hormona progesterona nos ayuda a equilibrar los niveles de estrógenos. Si esta hormona está baja, los estrógenos van a seguir siendo dominantes, así que conviene que sigas las recomendaciones para tener unos buenos niveles de progesterona si quieres conseguir tu equilibrio hormonal. Si eres mujer, piensa en qué momento del ciclo menstrual estás para que hagas coincidir la lectura de este libro, o los capítulos que más te interesen, con los días de tu fase lútea, es decir, cuando la progesterona está en sus niveles máximos, y de esta forma, estando más tranquila y relajada gracias a la actividad del neurotransmisor GABA que produce la progesterona, será mucho más fácil seguir los consejos con motivación pero sin ansiedad. Si no estás en la fase lútea, quizá sea bueno que comiences a leer el libro más adelante.

Pero los estrógenos no actúan solos y de forma independiente. La mayoría circulan por el cuerpo gracias a unos transportadores que los llevan desactivados por el torrente sanguíneo y el resto lo hace de forma libre y activa, y se van encajando como una llave en un candado en los receptores que tenemos en los diferentes órganos para que puedan cumplir sus funciones.

Pero ¿qué pasaría si los estrógenos no pararan de fabricarse o de entrar en el cuerpo? Se acumularían, ¿verdad? Para esa función de eliminación del exceso de estrógenos tenemos un órgano superimportante: el hígado. Este órgano elimina tóxicos y estrógenos en dos fases, que verás en detalle en el capítulo dedicado al hígado. La Fase I activa aún más las hormonas y las sustancias tóxicas, y la Fase II las vuelve solubles para ser eliminadas gracias a cuatro embudos: sulfatación, metilación, glucuronidación y glutatión.

Una dieta inadecuada, el consumo de alcohol, el tabaco y la exposición a un ambiente tóxico hará que el hígado se colapse y no pueda eliminarlo todo, pero esto trae también como consecuencia que no pueda deshacerse del exceso de hormonas. Así que, si deseas mantener un equilibrio hormonal, es conveniente no darle mucho trabajo al hígado con otro tipo de sustancias que deba eliminar, y así los embudos podrán ocuparse de filtrar lo que no nos interesa acumular.

Una vez que el hígado ha cumplido su función y los estrógenos están listos para ser eliminados, queda un paso más para deshacernos de ellos, y este depende del intestino y de las bacterias que viven en él: nuestra microbiota. Las bacterias intestinales actúan gracias a unas enzimas que son una especie de agentes facilitadores, y dependen del ADN o información genética de cada bacteria (microbioma). Si hay un desequilibrio en la microbiota intestinal, las enzimas que interactúan con los estrógenos estarán más o menos activas y de esto depende que se elimine o no el exceso de estrógenos. Si estas bacterias y sus enzimas están en exceso, los estrógenos que llegan al intestino listos para ser eliminados se liberan y regresan a la circulación sanguínea para seguir su actividad unidos a los receptores; en este caso se habrá perdido la función del hígado pues el intestino lo habrá boicoteado. Si, en cambio, hay un equilibrio en la microbiota y las bacterias están en una cantidad adecuada, los estrógenos se podrán eliminar correctamente. Puesto que el hígado también nos ayuda a eliminar tóxicos y medicamentos, con ellos pasa lo mismo: se podrán eliminar eficazmente solo si la microbiota está equilibrada. ¿Ahora comprendes por qué iniciamos este libro hablando del intestino y la microbiota? Al final del viaje de los estrógenos, el intestino es el que tiene la última palabra.

Esta cuestión cobra más importancia en la menopausia, y en el capítulo dedicado a esta etapa de la vida verás que conviene tener una buena actividad de bacterias y de sus enzimas pues te ayudarán a reciclar los estrógenos. Es decir, cuanta más actividad enzimática se produzca en el intestino durante la menopausia, más estrógenos disponibles tendrás para que sigan libres cumpliendo sus funciones.

El estudio de todos los factores que hemos de mantener en equilibrio para conseguir una buena salud hormonal es complejo pero fascinante. La alimentación, los buenos hábitos de vida, la salud del hígado y del intestino son la base para mantener el equilibrio hormonal. Este libro contiene en cada capítulo las claves para conseguirlo.

¿Te apetece comenzar el viaje para alcanzar tu equilibrio hormonal?

cap-2

1

Consigue una buena salud intestinal

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