María Elena Walsh en la casa de Doña Disparate

María Elena Walsh

Fragmento

Índice
  • Portada
  • Un diálogo secreto. NICOLÁS HELFT
  • Prólogo. LEOPOLDO BRIZUELA
  • 1948-1950
    • Poemas y artículos publicados en "Sur"
    • Verídica balada de la flor de madera
    • En la selva
    • Sobre la vida diaria
  • 1950-1960
    • Poemas, artículos y reseñas publicadas en "Sur"
    • El señalado
    • Balada del tiempo perdido
    • "Sonetos en carne viva"
    • Los desnudos faciales de Grete Stern
    • Florilegio del Cancionero vaticano
    • "La imagen de la espada desnuda"
    • Juan Ramón Jiménez, premio Nobel
    • Las que cantan
    • "Enero"
  • 1960-1970
    • Epistolario inédito
      • 1961

      • A María Elena Walsh
      • A Victoria Ocampo. Buenos Aires, 21 de junio
      • A María Elena Walsh. 28 de junio
      • 1962

      • A María Elena Walsh. Martes [c. mayo]
      • A María Elena Walsh y los Plin
      • 1963

      • A María Elena Walsh. Miércoles
      • 1965

      • A Victoria Ocampo. Buenos Aires, 27 de mayo
      • A Maríaelena. Lunes [c. mayo-junio]
      • A María Elena Walsh. San Isidro, 17 de septiembre
      • A María Elena Walsh. Jueves [c. diciembre]
      • A Victoria Ocampo. 27 de diciembre
      • 1966

      • A Victoria Ocampo. Buenos Aires, 27 de noviembre
      • A María Elena Walsh. [c. noviembre-diciembre]
      • A María Elena Walsh. 26 de diciembre
      • 1968

      • A María Elena Walsh. Hoy martes [septiembre].
      • A María Elena Walsh. [septiembre].
      • A Victoria Ocampo. Buenos Aires, 30 de septiembre
    • Artículos publicados en "Sur"
    • Vox populi [MEW]
    • Sobre "Canciones para Mirar" [VO]
  • 1970-1979
    • Epistolario inédito
      • 1970

      • A Victoria Ocampo. Buenos Aires, 30 de junio
      • A María Elena Walsh. Sábado [julio].
      • 1971

      • A María Elena Walsh. Mar del Plata, 26 de diciembre
      • A Victoria Ocampo. Buenos Aires, 3 de enero
      • A María Elena Walsh. 13 de enero
      • A María Elena Walsh. Hoy martes 6 de junio
      • A Victoria Ocampo. Buenos Aires, 12 de junio
    • Artículo publicado en "Clarín"
    • Feminismo y no violencia
  • Notas a las cartas
  • Sobre las autoras
  • Créditos
  • Grupo Santillana

Un diálogo secreto

NICOLÁS HELFT

E ste libro acompaña la exposición María Elena Walsh en la casa de Doña Disparate, que presentamos en Villa Ocampo, la casa de Victoria Ocampo en San Isidro, en la primavera de 2012.

La idea de la exposición fue de Ernesto Montequin, director de nuestra biblioteca y archivo. Sara Facio, de la Fundación Sur, la recibió con entusiasmo y ambos trabajaron intensamente durante más de un año: esta exhibición es, ante todo, obra de ellos dos. Imposible contar con un mejor equipo: Sara aporta el testimonio personal; Ernesto trae la perspectiva de un investigador riguroso.

Villa Ocampo es un lugar histórico: por su arquitectura y sus colecciones, pero también por los debates que albergó, por la dueña de casa y sus invitados, algunos de los intelectuales más relevantes del siglo XX. Un lugar como este no puede vivir de la nostalgia, pero tampoco puede desentenderse del pasado. El desafío es conectar la historia con el presente: el éxito de nuestra programación se juega en ese estrecho andarivel. Para él, nada mejor que esta exposición y este libro.

María Elena es una figura popular, pero a la vez compleja y decisiva. La muestra no sólo recorre su biografía y propone un reencuentro con sus canciones, con los habitantes de su zoo loco. Hay una María Elena anterior a la consagrada autora de obras para niños: la que participó de la vida intelectual de esta casa, la que publicó en Sur, la revista de Victoria Ocampo, que no tiene equivalente en el siglo pasado. Recién salida de la adolescencia, María Elena escribe allí sobre la condición femenina, traza un emocionado retrato de Juan Ramón Jiménez o defiende, sin concesiones populistas, el folklore como “expresividad viva, de validez universal”, como creación colectiva, casi anónima.

La correspondencia mantenida entre Victoria y María Elena se publica aquí por primera vez. Las cartas revelan un diálogo secreto, hecho de complicidad, de humor, de franqueza, de admiración mutua. “Me gusta que tu canto sea liso –escribe Victoria en 1965–. Me cansan los volados. Y en tu libro se viaja a todas partes porque las palabras que usás están siempre llenas de vida; nos arrastran a otro lugar de nosotros mismos que sale, deslumbrante, del olvido”.

Agradezco a Alfaguara, que decidió recopilar materiales tan valiosos en este libro, y a Leopoldo Brizuela, admirador de ambas mujeres, que lo prologó; a Eugenio Ottolenghi, Laura Onetto y Tomás Otero por la propuesta artística de la muestra; y a la Asociación Amigos de Villa Ocampo por su permanente apoyo.

Por voluntad de Victoria, esta “casa de las barrancas” pertenece a la UNESCO, en cuyo programa se inscribe esta exposición. Nada de lo que hacemos en Villa Ocampo sería posible sin su extraordinario equipo: mis colegas de UNESCO Montevideo y quienes me acompañan en la gestión cotidiana de la casa: Lázaro Areco, Víctor Fernández,

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