Nadie fue (Edición Definitiva)

Juan B. Yofre

Fragmento

"Nadie fue", la historia

“NADIE FUE”, LA HISTORIA

E n enero de 2006 le propuse a Roberto García, director del matutino Ámbito Financiero, realizar unos suplementos con motivo de cumplirse los 30 años del golpe militar del 24 de marzo de 1976. La idea central era que no se podía tratar solamente el golpe de Estado contra la presidenta María Estela Martínez Cartas de Perón (más conocida como “Isabelita”) sin recordar los años previos que dieron origen a una nueva interrupción del orden constitucional en la Argentina, porque no era ni correcto ni justo.

Durante cerca de cuarenta días me sumergí en mis archivos de la época y tuve acceso a otros documentos privados. Privilegié varios testimonios personales de ciudadanos que estuvieron en el lugar de los hechos y que, de una manera u otra, fueron parte del 24 de marzo. No me limité a un solo sector. Conversé con militares retirados, dirigentes políticos, sindicales, periodistas y ex miembros de las organizaciones terroristas. Todos, de una manera u otra, con sus aportes, fueron armando un enorme rompecabezas que llevó, desde mi manera de pensar, a integrar una historia lo más completa posible. Sin olvidos.

Los suplementos se publicaron en Ámbito Financiero entre el lunes 20 de marzo y el viernes 24 de marzo de 2006 y ayudaron a agotar las ediciones, como hacía mucho tiempo no ocurría. No sería sincero si no dijera que fue un éxito de García, porque el recordado Julio A. Ramos, inicialmente, expresó reparos: no les tenía mucha fe.

Vista la repercusión de los suplementos comencé a imaginar un libro. Para eso recorrí algunas editoriales sin obtener respuestas definitivas. Hasta que un día mi amigo Marcelo Bragagnolo juntó en sus oficinas a un reducido grupo de sus amigos: ahí nació el “Consejo de los Sabios”, para llamarlos de alguna manera, que decidió financiar el libro, casi de una manera testimonial. Lo que se denomina una “edición del autor”.

Otro día, en abril de 2006, en una confitería de la Avenida de Mayo, mi amigo Jorge Giacobbe escuchaba atentamente cómo le relataba el desarrollo del libro.1 Todavía no tenía título. “Jorge —le dije—, casi todos pedían el golpe y como fracasó, porque el Proceso militar fue un gran fracaso, nadie se hace cargo.” Su respuesta fue: “Nadie fue”. ¡Ya tenía el título! Un verdadero acierto que no me atribuyo.

El libro, desde su acto de lanzamiento hasta su venta, fue un best-seller. Y tras ese antecedente llegó la Editorial Sudamericana con un viejo conocido, Pablo Avelluto. El mismo que aconsejó a la editorial, en Chile, que se publicara Misión argentina en Chile (1970-1973), que trataba el golpe militar que derrocó a Salvador María Allende Gossens. Así nació la continuación de Nadie Fue con Fuimos Todos en 2007, otro best-seller, también con otra parte de mis archivos y numerosos aportes y confidencias.

Luego, bajo la atenta mirada de Diego Mileo y de Avelluto, la editorial imaginó lanzar Nadie Fue como edición de bolsillo. Pero me comprometí a publicar nuevos documentos inéditos si se hacía una publicación más calificada. Y así nació esta nueva versión de Nadie Fue, definitiva y completa.

Para eso volví a sumergirme en papeles viejos, amarillentos; documentos que me aportaron, con olor a humedad, recuerdos no borrados de la memoria, casi colectiva, y otras fotos que muestran personajes con miradas graves como Cámpora, extasiadas como Raúl Lastiri, y despreocupadas tal como se muestra “Isabelita” en Panamá, en el año que conoció a Perón.

Esta nueva versión es más polémica. Van a aparecer nuevos documentos sobre la brutal guerra de Inteligencia que libraban los aparatos de las organizaciones terroristas con el Ejército Argentino, siempre con un único destino: que los lectores sepan y no olviden lo que ocurrió en la Argentina de aquellos años. También, que recuerden que hubo una dirigencia política que se preocupó más por sus propios asuntos que por el bienestar general. Al no encontrar soluciones nos llevaron a una situación “sin salida” y de allí al abismo.

Salen a la luz informes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) que leyeron los presidentes Alejandro Agustín Lanusse, Héctor Cámpora, Raúl Lastiri y Juan Domingo Perón. Tratan sobre el terrorismo. Con ello quiero significar que todos los mandatarios sabían de qué se trataba cuando se hablaba de las organizaciones armadas. De dónde venían, quiénes las atizaban y qué se proponían. Estuvieron esperando treinta años para darse a conocer.

Por último sugerí un Anexo no menos controversial: es un informe sobre la gestación de la organización Montoneros que se escribió dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada. El trabajo tiene una fecha, 21 de diciembre de 1976, y por ciertas intimidades se supone que pudo haber colaborado en su redacción Esther Norma Arrostito, presa en esos momentos en ese centro clandestino de detención. Mi agradecimiento y reconocimiento a ese argentino que me lo dio, sabiendo que lo podía publicar, que trabaja en el área de los derechos humanos… que deben ser de todos.

Dos agradecimientos particulares. Uno a Carolina, mi mujer, por las limitaciones de tantas horas de encierro. Y a Bernardo Neustadt, un innovador del “tiempo” periodístico, por haber escrito el primer prólogo de Nadie Fue.

Juan Bautista Yofre

20 de diciembre de 2007

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