Reinas de La Resistencia: Alexandria Ocasio-Cortez

Brenda Jones
Krishan Trotman

Fragmento

EL ASCENSO DE AOC

Don't be fooled by the rocks that I got,

I'm still, I'm still Jenny from the block.

—JENNIFER LÓPEZ, “Jenny from the Block”

Que no te engañen mis joyas,

sigo siendo Jenny, la del barrio.

—JENNIFER LÓPEZ, “Jenny from the Block”

Alexandria Ocasio-Cortez, apodada AOC, nació en el Bronx, también conocido como el lugar donde se originó la música hiphop. Fue el asentamiento original de un granjero holandés llamado Jonas Bronck, aunque ahora se le identifica con un nombre de sabor más bien latino: el Bronx. Es tan genial, que es el único distrito en Nueva York que ostenta un artículo antes de su nombre. (¡Qué pena por ti, Brooklyn!). Algunas otras cosas maravillosas provenientes del Bronx: la jueza asociada de la Corte Suprema de Estados Unidos, Sonia Sotomayor; el rapero KRS-One; veintisiete campeonatos de la Serie Mundial de las Grandes Ligas de Béisbol; la película Una historia del Bronx; el cantautor Billy Joel; los sombreros de piel y los pantalones de mezclilla con tres parches.

Bueno, ya en serio, hablemos de esta increíble y apasionada millennial, representante del distrito 14 de Queens y el Bronx, y adentrémonos en esta nueva perspectiva política valiéndonos de sus propias palabras; porque, si has tenido oportunidad de revisar su cuenta de Instagram, sabes que AOC dice lo que piensa y no requiere una presentación formal. Este fue el mensaje de campaña que resultó en la elección de esta reina, el que nos llevó a elogiarla con emojis y a exclamar “¡Sííííí, al fin!” cada vez que se hacían virales sus enfrentamientos con políticos corruptos en la televisión o cuando aparecía caminando por un pasillo del Congreso, vestida con una capa blanca y grandes aretes dorados:

Se supone que las mujeres como yo no deberían postularse para un cargo político.

No nací en el seno de una familia rica o poderosa. De madre puertorriqueña y padre neoyorquino del Bronx, nací en un lugar donde el código postal determina tu destino.

Mi nombre es Alexandria Ocasio-Cortez. Soy una educadora, organizadora y neoyorquina de clase obrera. He trabajado con madres embarazadas, he sido mesera y maestra, y la política no estaba dentro de mis planes. Sin embargo, luego de veinte años de tener a los mismos representantes, es momento de preguntarnos: ¿para quién ha estado cambiando la ciudad de Nueva York?

Cada día es más difícil sobrevivir para las familias trabajadoras como la mía.

El alquiler sube, la seguridad social cubre menos cosas que antes, mientras que nuestros ingresos siguen siendo los mismos. Está claro que estos cambios no han sido para nosotros y nos merecemos un paladín.

Es tiempo de pelear por una ciudad de Nueva York con precios asequibles para las familias trabajadoras. Por eso me postulo para el Congreso. Esta carrera se trata de la gente frente al dinero.

Nosotros tenemos a la gente, ellos tienen el dinero. Es hora de reconocer que no todos los demócratas son iguales.

Un demócrata que recibe dinero, que se beneficia de una ejecución hipotecaria, que no vive aquí, no manda a sus hijos a nuestras escuelas, no bebe nuestra agua y no respira nuestro aire, simplemente, no puede representarnos. Lo que el Bronx y Queens necesitan es Medicare para todos, universidades públicas gratuitas, una garantía de empleo federal y una reforma en la justicia penal.

Podemos hacerlo ahora.

No se necesitan cien años para hacer todo esto. Se requiere valentía política.

La forma en que Alexandria Ocasio-Cortez pasó de trabajar como mesera a ser una de las integrantes más jóvenes en ser elegidas al Congreso de Estados Unidos es una historia de nuestra época en el mundo de la política. Es el punto en donde la política y el activismo deben fusionarse. Hermana, es momento de hacer a un lado ese latte y convivir con la política sin importar tu edad. Las mujeres como AOC están desenmascarando al patriarcado e introduciendo un nuevo estilo en el Gobierno. ¡Fue invitada como jueza al programa televisivo Drag Race de RuPaul, por el amor de Dios! En una sola noche fabulosa, consiguió mezclar temas como la interseccionalidad, la cultura y la política. Y el vestido que usó era rentado. AOC no es una de esas políticas ricas que cantan una canción de rap sobre los pobres, pero que nunca en su vida han tenido problemas económicos. Tiene deudas escolares y problemas para pagar el alquiler, al igual que el resto de los millennials.

Antes de dejarte llevar por todo esto, recuerda que la política involucra planeamiento, estrategia, ciencia, pies adoloridos y jornadas de trabajo de dieciocho horas sin parar; pero, cuando hay ratones royendo los márgenes de la democracia, se requiere que un nuevo liderazgo muestre la cara. Cuando el país entero tiene fiebre de cambio y aparece alguien como AOC, todos prestamos atención: podría parecer un acto de magia, pues es difícil imaginar cómo pasó de trabajar en el restaurante Flats Fix a aparecer en el programa The View. Pero ese es el sabor de una buena historia americana e involucra mucho más que a una hermosa mesera. Requirió trabajo arduo, un equipo poderoso y muchísima resistencia.

El absurdo de nuestros tiempos, que ha hecho que muchos de nosotros le prestemos atención a la política, fue lo que la impulsó a postularse para el Congreso. No es nada nuevo que a los jóvenes los consuma el afán de cambiar el mundo. Martin Luther King Jr., el representante John Lewis e incluso Jesús eran jóvenes cuando decidieron abrazar a una sociedad hastiada y tuvieron la visión de liderar el camino. Puede haber una brecha generacional en algunos asuntos, pero no en los temas más cercanos al corazón.

La belleza de AOC no radica en que sea diferente a nosotros, sino más bien en que por fin vemos rostros similares a los nuestros en el Gobierno. Y, seamos realistas: AOC es una millennial a la que le encanta bailar y hacerse faciales en Instagram. No está casada ni tiene hijos, sigue viviendo su vida de adulta soltera, se queda despierta hasta tarde bebiendo vino y comiendo palomitas mientras espera a su novio (es como el personaje de la serie televisiva Scandal, Olivia Pope, pero sin todo el drama romántico y los incontables podios improvisados en D. C.). Sin embargo, también es una de las nuevas figuras jóvenes en el Gobierno a quienes les apasiona hacer un buen trabajo y que han demostrado su voluntad de pelear hasta las últimas consecuencias por las causas adecuadas. El ascenso de AOC estuvo acompañado de una tribu: representantes como Ayanna Pressley, Ilhan Omar, Rashida Tlaib y más. Ella y otras reinas de la Resistencia han tenido la valentía de asumir el enorme reto de renovar la política tal y como la conocíamos para lograr ser elegidas. Y ahora, AOC continúa librando esa misma batalla todos los días en la Cámara de Representantes, ya sea vistiendo unas botas Timberland o unos tacones de seis pulgadas: de cual

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