Ser grande

Josefina Vázquez Mota

Fragmento

Título

Prólogo

El envejecimiento poblacional en México es un fenómeno de gran complejidad. En 2016 el número de personas de 60 años o más fue mayor al de niños menores de cinco años. Como sociedad, no hemos tomado conciencia de lo que esto significa ni de la magnitud del reto que tenemos por delante. Enfrentaremos transformaciones sociales de grandes dimensiones en los próximos años, pero nuestras respuestas hasta el momento han sido parciales: aún no se han tomado las medidas necesarias para atender al grupo de la tercera edad, el cual seguirá creciendo en las décadas venideras; tampoco se ha informado a la sociedad de lo que está pasando a nivel demográfico; y el respeto y aprecio por la sabiduría y experiencia de los mayores es cada vez menos frecuente.

No basta con visibilizar la problemática de los adultos mayores, hay que cambiar la manera de entender la tercera edad y empezar a tomar mejores decisiones. Es por ello que Josefina Vázquez Mota ha convocado a investigadores, expertos, políticos y activistas, para comprender de manera integral el envejecimiento y comenzar a transformarlo en un proceso exitoso a nivel individual y colectivo.

El libro inicia con el capítulo “Nadie nos enseña a envejecer”, en donde Josefina Vázquez Mota nos introduce en el tema y nos cuenta por qué es importante que abracemos el envejecimiento desde una perspectiva positiva. En el segundo capítulo, “México en transición”, el Dr. Jorge Santibáñez Romellón y la Mtra. Arcelia Serrano Vargas nos muestran la transición demográfica que estamos viviendo y nos ayudan a vislumbrar los retos fundamentales a corto y mediano plazo. “Romper el paradigma del envejecimiento” es el tercer capítulo del libro. Aquí, la Dra. Yanira Aguilar Acevedo nos muestra que es necesario cambiar nuestra manera de ver la vejez para caminar juntos hacia un envejecimiento activo, empoderando a los adultos mayores y modificando el modelo asistencialista por uno participativo. “El fantasma del deterioro cognitivo”, capítulo a cargo del Dr. Manuel Sánchez Pérez, nos permite entender la diferencia entre un deterioro normal debido a la edad y un deterioro patológico que puede llevar a la demencia, además de darnos información para diferenciarlos y prevenirlos. En el capítulo “Crecer en la segunda mitad de la vida”, la Dra. Martha Pardo García nos muestra que todos esos temores que llegan con la segunda mitad de la vida son normales y que, de hecho, son la puerta hacia la vida que siempre quisimos vivir. Pardo nos ofrece una guía de acciones basadas en el modelo SPIRE, que busca el equilibrio en el desarrollo espiritual, físico, intelectual, relacional y emocional. El capítulo titulado “Tanatología: educación para la vida y la muerte” es uno de los más profundos y conmovedores de este libro; de manera amorosa y experimentada, la tanatóloga Angelina del Carmen Pacheco Chavarría nos lleva a comprender las enormes ventajas de integrar a nuestro día a día el ciclo vida/muerte/trascendencia. En el capítulo “¿El asilo o mi casa? Cómo escoger servicios de asistencia”, el Dr. Alberto de los Ríos Torres nos ayuda a reconocer cuando un adulto mayor necesita asistencia, cómo resolverlo en familia y qué opciones existen en la actualidad. “Financiar el futuro. Los retos de las pensiones en México”, a cargo del Mtro. Eugenio Eduardo Yarce Alfaro, expone la situación actual de las pensiones en México y los retos que nos deparan las próximas décadas. Implementar programas de salud para la tercera edad es complejo y urgente, por ello, y gracias a la invitación de Josefina Vázquez Mota, contribuí con el capítulo “Una ciudad incluyente. Los programas para adultos mayores en la Ciudad de México”, acerca de los programas sociales implementados en la última década en la Ciudad de México; éstos han dejado aprendizajes sumamente valiosos y con grandes posibilidades para replicarse en comunidades, municipios, gobiernos locales y federales. Finalmente, el libro cierra con un capítulo totalmente práctico: “Saca tu mejor versión. Ejercicios para envejecer exitosamente”, donde la Psic. Marlene Ríos Mars retoma los principales conceptos expuestos y los transforma en ejercicios enfocados a vivir la tercera edad en plenitud.

La dirección de Josefina Vázquez Mota en este proyecto se complementa con los ejemplos de vida, expuestos a modo de portadillas entre cada capítulo y fruto de los encuentros con adultos mayores, fuentes de experiencia, entendimiento e inspiración para este libro.

Ser grande. Guía para lograr un envejecimiento exitoso será una publicación de gran utilidad para todos los que ya pasamos “el cuarto piso” y que a veces no sabemos cómo acercarnos al tema. Las aportaciones expertas y generosas de quienes lo han escrito despejan las telarañas y nos abren el camino para vivir una segunda vida en mayor plenitud.

DR. ARMANDO AHUED ORTEGA

Título

Nadie nos enseña a envejecer: ¿qué hacemos ahora con 30 o 40 años más de vida?

Lic. Josefina Vázquez Mota

Durante años tuve la fortuna de que mi suegra viviera con nosotros en el mismo hogar; casi sin darme cuenta, fui descubriendo a su lado diversas etapas de la vida. Celebramos más de 20 cumpleaños juntas, y su sencillez, optimismo y resiliencia siguen presentes en cada uno de nosotros.

Nuestra vida transcurría con la normalidad de lo cotidiano, hasta que un día mi suegra se acercó temerosa y me dijo: “Vino mi mamá a verme”. Enseguida se puso a llorar como una niña perdida y no como una mujer de casi 90 años. Yo intentaba tranquilizarla diciéndole que seguramente lo había soñado, pero no lograba devolverle la serenidad ni la alegría. A este episodio le siguieron varias “primeras veces”, como la primera vez que no reconoció a algunos miembros de la familia, o la primera vez que tardó varios minutos en responder en una conversación.

Las “visitas de su madre” se hicieron más frecuentes y su llanto iba en aumento porque, según nos contaba, los niños de su salón de clases la maltrataban. Yo traté de consolarla diciéndole que sólo eran sueños, que no se preocupara. Sin embargo, comencé a inquietarme cuando ambos episodios se unieron en su narrativa.

Sin saber qué hacer al respecto, se me ocurrió pedirle a una de mis hijas que le hablara por teléfono a su abuelita haciéndose pasar por su mamá, para pedirle que se quedara a dormir en nuestra casa y avisarle que mañana regresaría por ella. Fue hasta entonces que mi suegra se tranquilizó y me dijo: “Pina, me habló mi m

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