Typos

Seth Lear

Fragmento

Typos-1.html

Créditos

Título original: L’uomo senza ferite

Traducción: Patricia Orts

1.ª edición: noviembre 2016

© 2015 Book On A Tree Ltd.

Historia de Book On A Tree Ltd.

Publicado por acuerdo con Zarana Agencia Literaria

© Ediciones B, S. A., 2016

para el sello B de Blok

Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)

www.edicionesb.com

ISBN DIGITAL: 978-84-9069-574-6

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidasen el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

Typos-2.html

Contenido

Portadilla

Créditos

Cita

1. HARLEQUIN

2. TYPOS

3. EL HOMBRE GEOESTACIONARIO

4. EL GIGANTE DE LOS SLUM

5. LA LLAVE DE DATOS

6. UN BUEN DESPERTAR

7. TRAMPAS Y CONTROLES

8. EL ORFANATO

9. EL LAGO DE LOS CISNES

10. CONVERSACIÓN TELEFÓNICA CON EL DIABLO

11. EL HOMBRE DE LA BUFANDA

12. EL REVOLUCIONARIO

13. EN ACCIÓN

14. EL CHICO CON LA CAMISA DE CUADROS

15. LA PERSECUCIÓN

16. PECES EN EL ACUARIO

17. EL HOMBRE SIN ROSTRO

18. VIENTOS DE GUERRA

19. EMPÉDOCLES

20. INVITACIONES INDESEADAS

21. SIN HUELLAS

22. EL ARTE DE LA MENTIRA

23. CADA COSA EN SU SITIO

24. CONVERSACIÓN TELEFÓNICA

25. CUENTA ATRÁS

26. EL FINAL DE LA MISIÓN

27. LA INFORMACIÓN DEL DOLOR

28. LOS DUELISTAS

29. CONTRAORDEN

30. ASUNTOS FAMILIARES

31. LAS CICATRICES

Notas

Typos-3.html

Cita

A los que saben demasiado

les cuesta no mentir.

LUDWIG WITTGENSTEIN

Typos-4.html

1. HARLEQUIN

1

HARLEQUIN

El dolor solo es información. Tú decides cómo utilizarla.

Por ejemplo: te han disparado, Roger. Estás sangrando. Párate. La misión ha terminado. Deja que te capturen y no escapes más.

O: te han disparado, Roger. Estás sangrando. Pero te queda muy poco. Unos malditos pisos más y estaremos fuera.

No obstante, el dolor es una información difícil de sofocar. No calla. Grita cada vez más fuerte.

Intento enmudecerlo poniendo una mano en la herida. La camisa se empapa. La tela que ha roto el proyectil se transforma en un bosque de rasgaduras afiladas.

Dusker corre a mi lado subiendo los escalones de dos en dos. Me mira para comprender cómo estoy.

Me gustaría responderle que puedo conseguirlo, pero me fallan las fuerzas.

Él podría llevarme en hombros como si nada hasta la cima del rascacielos. Pero para hacerlo debería pararse y quitarse las pulseras que usa como lastre. Aligerarse.

Y esos caerían sobre nosotros.

Oigo el ruido que hacen dos pisos más abajo, compactos en sus uniformes de combate táctico. Los ojos de las miras láser examinando los techos. Las botas avanzando como una legión de saltamontes.

¿Cuántos han enviado esta vez contra nosotros?

¿Ocho? ¿Doce? ¿Veinte?

Miro a la chica de la tipografía clandestina que Dusker lleva en brazos. Es joven, una estudiante. Más joven que yo. Y está asustada. Él la sujeta con fuerza para que no se caiga y ella se aferra a él sin saber por qué. Tiene los ojos vidriosos del que piensa que va a morir de un momento a otro.

Pero no morirá.

Estas son las news, baby.

Si tienes una tipografía clandestina y aceptas trabajar para nosotros tarde o temprano te puede suceder. Porque tarde o temprano alguien te traiciona. Averigua la dirección del semisótano en que imprimes toda nuestra basura. Luego hace una simple llamada. Y llegan ellos con los fusiles de asalto, los uniformes de combate táctico y las botas.

Ellos no tienen siglas.

No tienen un nombre.

Son, simplemente, los del Laboratorio. A estas alturas los conocemos de sobra. Y lo único que sabemos hacer cada vez que topamos con ellos es intentar ser más rápidos.

Aprieto los dientes y subo.

Por lo general lo somos, más rápidos. Balas aparte.

Aprieto los dientes y subo.

Mientras rebasamos los últimos pisos del edificio tengo la impresión de que todo se está resquebrajando poco a poco.

Empezando por mí.

Solo debo salir y confiar en que Morph y Gipsy estén fuera esperándonos con las alas delta.

Salimos.

Y Morph y Gipsy están ahí.

—¡Harlequin! ¿Estás herido? —Oigo gritar a Morph apenas me ve tambaleándome en el tejado.

Ignoro la pregunta.

Y también la respuesta.

—Vámonos de aquí... —balbuceo, dándole alcance y enganchándome el arnés a la cintura.

El resto es fácil.

El cielo nos envuelve, y volamos.

La chica de la tipografía nos acompaña.

Por lo visto lo hemos conseguido.

Una última sensación de vértigo y fundido a negro, chicos.

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos