Báilatelo sola

Alejandra Martínez de Miguel

Fragmento

cap-1
Prólogo

Tú que estás a punto de adentrarte en este libro lleno de fuerza, de combate, de amor y de huidas hacia delante, tienes que saber que hablar de Alejandra es hablar de un país entero. Con sus costas, sus montañas, sus pueblos, sus políticas y sus reivindicaciones. Tienes que saber que Alejandra y yo nos conocemos desde los dieciséis años —quizá desde los quince, no lo sé— y que juntas hemos vivido las primeras lecciones que te da la vida. Ella me dio mi primer cigarro. Y el segundo. Y hasta hicimos un pacto con el que nos asegurábamos de que siempre estaríamos dispuestas a compartir nuestro tabaco entre nosotras, aunque solo nos quedase un único cigarro en el paquete. Nos hemos visto crecer y hemos construido una admiración mutua que nos mantendrá unidas a lo largo de los años. Alejandra plasma en sus versos la fuerza de la generación a la que pertenecemos, deconstruyendo y reaprendiendo. Me vas a envidiar por esto, pero yo he tenido la suerte de ver cómo la necesidad de cambio se formaba en ella. He sido espectadora de un recorrido lleno de trabajo y dedicación, de lecturas y aprendizaje de una Alejandra dispuesta a transformar todos sus ideales, sus dolores y sus vivencias en poesía. Y, joder, no sabes lo increíble que ha sido.

Tú todavía no lo sabes, pero hablar de Alejandra es hablar de un campo de claveles que se mueven con el viento. Es hablar del poder del mar agitado sobre unas costas desnudas y sin hipocresía. Tú todavía no lo sabes, pero es que Alejandra ha conseguido reunir el grito de todas las sirenas. Alejandra es la bala que te roza el pecho y te recuerda que estás viva, que existes. «Estamos tristes. / Estamos casi derrotadas. / Pero estamos vivas. / Estamos juntas», escribe Alejandra en su poema «Florecemos» y, joder, hermana, estamos vivas, estamos juntas y te quiero, te quiero y te admiro desde todas las esquinas y desde todas tus costas.

La poesía de Alejandra no es una pequeña revolución, es el abrazo colectivo que impulsa el cambio. Es el aprendizaje de una mujer increíble y la consciencia de una sociedad que maltrata y que también ama. Son las lágrimas sobre la mesa de su cuarto y las plantas que tiene en su terraza. Es un dolor común y un llanto que se apaga para convertirse en grito. Báilatelo sola es un acto de valentía en un escenario que, Alejandra, cariño, te va a acoger siempre, porque el escenario, cualquier escenario, es un territorio que lleva tu nombre.

Ale, si la vida volviera a empezar, yo te buscaría para volver a bañarme contigo en el mar. Báilatelo sola, mi amor, siempre.

Y a ti, que vas a empezar este baile, déjame que te diga una última cosa sobre este libro: prepárate, porque vas a presenciar la honestidad de la creadora que se hace responsable de sus dolores. Vas a sentir que estamos contigo, que luchamos contigo. Vas a sentir lo que quieras sentir, porque eres libre. Con todo lo que eso significa. Te aseguro que este libro no te va a dejar indiferente, porque Alejandra viene para quedarse, y para que nos quedemos con ella. Y con ella yo me quedo y contigo, si quieres, también. Aquí hay penas, pero hay revolución, hay comienzos y finales, hay dulzura y violencia y, sobre todo, sobre todo, sobre todo, hay mucho baile.

ELISA LEVI

 

Bienvenidas, bienvenidos.

Este libro está para ser leído en voz alta,

para ser grito compartido,

para llenar salas

y ojalá estadios.

Bienvenidos, bienvenidas.

Este libro es para leer a solas,

en silencio,

al sol de mediodía,

para escribir en los márgenes,

para abrazarlo de noche.

Gracias por venir, por leer.

Gracias por quedaros.

ALE

 

Durante algún tiempo creí,

no en Dios,

no en Santa Claus

sino en las sirenas.

SYLVIA PLATH

Ronda 5 - Collage 1.tif

cap-2

BORRADORES Y CUADERNOS

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