El Club de los Valientes 3 - Tal y como eres

María Menéndez-Ponte

Fragmento

cap-1

Emma Frost

Evelyn apenas ha podido PEGAR OJO en toda la noche.

 

No ha parado de dar vueltas y más vueltas.

Su cama es un rebujo de sábanas.

La manta está prácticamente caída.

Media funda de la almohada ha quedado colgando.

Su pijama está más arrugado que un pañuelo de papel después de varios usos.

Y SU MATA DE PELO NEGRO está empapada de sudor, con algunos mechones pegados a la cara.

 

Hay momentos en que se siente profundamente aliviada de haberle confesado a Martina el CALVARIO que estaba pasando por culpa del grupito de las guais. Pero al segundo ya se está arrepintiendo de haberlo hecho.

Teme la reacción de Alexia, tener que enfrentarse a ella.

Se la imagina tan furiosa como la reina de corazones de ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS: «¡¡¡Que le corten la cabeza!!!».

Y ella se ve cada vez más encogida.

Sabe que no va a ser capaz de hacerle frente.

Se achantará.

Bajará la cabeza.

No será capaz de aguantarle la mirada.

Una mirada glacial que la congelará en un instante, porque esa chica posee el mismo poder que Elsa de FROZEN… pero sin remordimientos.

Quizá hubiera sido mejor dejar las cosas como estaban, continuar fingiendo, disimulando…

Aunque, en su fuero interno, sabe que eso no es posible.

Porque tiene CLAVADAS en el corazón cada una de las afrentas que le han hecho, y le sangra al recordarlas: la ceja que se tuvo que depilar, la vergüenza que pasó en gimnasia al DECIRLE AL PROFESOR que tenía que ir al vestuario porque se le estaban cayendo las bragas, los suspensos que la obligaron a sacar para demostrarse a sí misma que podía ser rebelde, la quemadura que le han provocado en el brazo con sal y hielo…

Pero lo peor de todo es el trastorno alimentario que ahora tiene y que empezó al seguir los CONSEJOS de las que creía sus amigas: masticar la comida y escupirla, no tragársela, chupar hielo para ENGAÑAR AL HAMBRE, subir y bajar escaleras compulsivamente, meterse los dedos en la garganta para devolver cada vez que se come un bollo o cualquier otra tentación…

En este momento su cabeza es como una batidora cuyo rotor cambia de sentido aleatoriamente.

A pesar de que sabe que la van a proteger Martina, Nico, Lu y Kavinchi, siente que Alexia se ha apoderado de su alma y le va resultar muy difícil hacerle frente.

Martina le ha enviado un mensaje acompañado de varios brazos de Popeye: «Stoy llegando».

El CORAZÓN se le ha puesto al galope. Siente que se le va a salir del pecho.

 

 

Tenía tantas ganas de pertenecer a ese grupo…

Las veía tan GUAPAS, tan ESTILOSAS, con tanto glamur…

Y ella se sentía tan acomplejada por su cuerpo, por sus rasgos indígenas, por ser tan apocada, tan cortada…

¿Acaso pensaba que solo por ir con ellas se transformaría en alguien guay, que desaparecerían sus complejos?

Ellas la han hecho sentir como un trol, como alguien que necesita un reciclado completo, indigna de su amistad.

Se han reído de ella.

Así que ahora además se siente humillada, agobiada por los suspensos, con un malestar indefinido que se ha apoderado de ella y no sabe controlar, enfrentada a sus padres…

Evelyn coge la mochila dispuesta a bajar al portal.

—le pregunta su madre.

—No me da tiempo. Me llevo unas galletas para el camino —miente.

Baja las escaleras con miedo, DUBITATIVA.

Se aferra a la pared, que está llena de desconchones, como ella.

Le gustaría desaparecer del mapa, no tener que afrontar semejante marrón.

Cuando ya está a punto de llegar al portal, vuelve a consultar el móvil para ver si Martina ha llegado.

 

 

Por suerte Alexia no sabe dónde vive. Pero, aun así, teme encontrársela.

Igual lo ha averiguado de algún modo…

De repente su mente la ha convertido en una VILLANA del universo Marvel con grandes poderes.

¡Claro! ¡No es ELSA! ¡Es Emma Frost!

Ella puede leer mentes y cambiarlas, borrar recuerdos, transmitir pensamientos…

Quizá es esto último lo que está haciendo en este momento con ella: volverla loca, usar la TELEPATÍA para obligarla a dar marcha atrás, a retractarse de su relato…

Y aun en el caso de que fuera capaz de mantener las acusaciones en público, Alexia se transformaría en ese diamante frío y poderoso capaz de cortarle la mente y el CORAZÓN, de impedirle cualquier acción.

En realidad, con ella lo tiene muy fácil: le basta con su mirada de hielo para dejarla fuera de juego.

¿Y si sube a casa y FINGE QUE ESTÁ ENFERMA? Muy enferma…

 

 

 

cap-2

¿Me has leído la mente?

—¡Estoy aquí, Evelyn!

La voz cantarina y animosa de Martina frena su impulso de HUIDA.

De súbito se siente una traidora.

Le duele el pecho a causa de los golpetazos del corazón.

¿Habrá adivinado su nueva amiga lo que pensaba hacer?

Desde luego, su cara de susto no pasa desapercibida para su compañera, que enseguida se hace cargo de la situación.

—¿Qué tal estás? Supongo que no habrás dormido mucho esta n

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