El tablero de la reina

Luis Zueco

Fragmento

España es la cuna del ajedrez moderno y de la universalización, gracias a él, de una figura femenina como la más poderosa sobre el tablero. Un hecho revolucionario para la Edad Media. Desde nuestro país, el ajedrez moderno se expandió a los reinos europeos y llegó a América.

Las piezas de ajedrez más antiguas de Europa están en España. El ajedrez es parte esencial de nuestra cultura, sin embargo no hemos hecho gala de ello, a pesar de que desde 1988 es el país que organiza más torneos internacionales, y se prevé un numeroso aumento de participantes tras la pandemia.

El ajedrez ha ido evolucionando desde que se creó hace más de mil años. Dicen que ahora vive una edad de oro, que internet lo ha revolucionado, pues cualquier aficionado puede medirse con el mismísimo campeón del mundo en uno de los miles de torneos que hay en la red. Se ha puesto de moda el ajedrez rápido y el juego online. En internet priman más los reflejos que el análisis, y ha comenzado a retransmitirse en YouTube y Twitch. El ajedrez rápido (entre diez y veinticinco minutos por jugador) y el relámpago (unos pocos minutos) son una consecuencia de los nuevos tiempos que vivimos. Lo que demuestra la capacidad del juego para adaptarse a las nuevas épocas y circunstancias.

El ajedrez fue reconocido formalmente como deporte por el COI en el año 1999, con más de seiscientos millones de practicantes en el mundo. Ha sido candidato para los próximos Juegos Olímpicos de París 2024, pero injustamente rechazado.

Si me lo permiten, les daré un consejo antes de empezar esta lectura: no pierdan nunca el control del centro del tablero, enroquen al rey para protegerlo, todos querrán matarlo, y no duden en sacrificar las piezas necesarias para avanzar posiciones. Y piensen que hasta el último peón puede alcanzar la octava casilla y cambiar su destino. Comienza la partida, muevan ficha.

Árbol genealógico de los monarcas de Trastámara
Mapa reinos peninsulares
El ajedrez al inicio de la segunda mitad del siglo xv

El ajedrez al inicio de la segunda mitad del siglo XV

Nos encontramos en tiempos de guerra civil en el reino de Castilla.

Las huestes rebeldes del joven infante Alfonso han logrado su primera gran victoria contra el rey.

En los últimos siglos, el ajedrez se ha convertido en un juego lento. Los alfiles se desplazan mediante un salto y solo pueden alcanzar ocho casillas de su diagonal, necesitan tres saltos para llegar a las dos más lejanas.

Además, no tienen la posibilidad de luchar contra el alfil contrario con el mismo color de casilla porque los «saltos» lo impiden.

Y las diagonales centrales son inaccesibles para todos ellos.

La reina todavía es llamada «alferza» en muchos lugares, sobre todo cuando se juega contra musulmanes.

Se desplaza solo una casilla cada vez en diagonal, adelante o atrás, excepto en su primer movimiento, en el que puede avanzar tres, incluso saltando otras piezas.

Solo los peones, la torre, el rey y el caballo se juegan como en la actualidad.

La mayoría de las partidas entre buenos jugadores se agotan sin un vencedor. El juego se ha tornado aburrido y ya no refleja el mundo en el que se vive.

Sin embargo, un profundo cambio se está gestando entre un reducido número de jugadores.

Ellos están convencidos de que el ajedrez debe cambiar y con él, la s

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