Las cosas por su nombre: se llama vulva y se llama pene
¿Cómo llamabas a tus genitales cuando eras pequeño o pequeña? En determinadas cuestiones, como el sexo, utilizamos sinónimos para referirnos a los órganos sexuales, o a parte de ellos, por un tabú impuesto socialmente de generación en generación.
Pero ¿qué tal si empezamos a llamar a las cosas por su nombre y normalizamos la educación sexual, no solo para ser conscientes de nuestros cuerpos, sino para evitar situaciones que nadie quiere?
Sigue leyendo este post para saber cómo hablar de la vulva y el pene con toda la naturalidad del mundo.
Anna Salvia, psicóloga en educación sexual, y Cristina Torrón, ilustradora y creadora digital, más conocida como Menstruita, acaban publicar su nuevo proyecto conjunto: se trata de dos cuentos infantiles sobre educación sexual, ¡Se llama pene! y ¡Se llama vulva!, creados para niños y niñas a partir de las edades más tempranas e ideados con el fin de acercar la sexualidad de una manera realista, amable y cercana a todos los públicos.
Porque, como ellas dicen, la naturalidad es la clave en la educación sexual y debemos ofrecerles información a su alcance, como con estos dos cuentos, para que puedan descubrir, conocer, explorar e informarse desde la normalidad y la sencillez, descubriendo sus cuerpos, su anatomía, su funcionalidad y todo lo que les rodea.
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Entrevista con Anna Salvia y Cristina Torrón
Alejandra Melús: Lo primero de todo, me gustaría felicitaros por estos títulos tan especiales y necesarios a la vez, ya que, aunque parezca increíble, la educación sexual sigue siendo hoy en día tabú en muchos círculos y aún es un tema del que cuesta hablar con naturalidad. En este sentido, quiero comenzar preguntándoos por cómo surgió la idea de acercar este tema al público infantil y si tuvisteis dudas sobre cómo enfocarlo.
Anna Salvia: Llevo muchos años enseñando a las familias y profesionales a hacer educación sexual con los más peques, así que era muy consciente de la falta de libros de educación sexual para ellos que faciliten tanto el aprendizaje como el diálogo. Para escribirlos, he pasado al papel lo que hago siempre: la manera de explicar la sexualidad que invento en mis talleres con alumnado y en mi casa con mis hijos. Y Cristina se ha encargado de transformar esos contenidos en ilustraciones divertidas y amorosas.
Cristina Torrón: Empecé con mi proyecto en Instagram, Menstruita, con la intención de dibujar viñetas sobre educación sexual, menstrual, emocional y feminista. Cuando constaté la falta que hacían este tipo de materiales decidí diseñar una colección de libros, y para ello necesitaba rodearme de las mejores, que para mí son Anna Salvia y Marta Torrón. A partir de ahí, la editorial se entusiasmó y aquí estamos.
A.M.: ¿Creéis que nuestra sociedad tiene aún carencias respecto al autoconocimiento de nuestros propios cuerpos?
A.S.: Nuestra sociedad tiene enormes carencias respecto al conocimiento de los genitales y los órganos sexuales. Todas las semanas imparto talleres a alumnado de entre diez y doce años y puedo constatar que la gran mayoría no sabe la diferencia entre vulva y vagina, no conoce la existencia del clítoris, ni que la regla y la orina salen por orificios diferentes. Pero no creas que vamos mejor en lo que a anatomía masculina se refiere: no saben cómo se llaman el glande y el prepucio, qué es lo que produce las erecciones, ni dónde se fabrica el semen.
C.T.: Además de desconocer la anatomía, no conocemos el funcionamiento de nuestro propio cuerpo, sus procesos, lo que es natural en el camino hacia la madurez…
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A.M.: ¿Cómo podemos hacer para que aquellos adultos —padres, madres, profesionales— que sienten rechazo o se muestran reacios a educar en sexualidad, cambien la mirada y comiencen a tomar conciencia de la relevancia que este tema tiene?
A.S.: Pueden hacerse las siguientes preguntas: ¿Cómo ha complicado mi vida y la de mis seres queridos la falta de educación sexual? ¿Qué es lo que me hubiera gustado que me contaran mis familiares y mis profesores? Cuando nos damos cuenta de la gran soledad e inseguridad que acompaña la vivencia de la sexualidad en nuestra cultura, la mayoría decidimos que no deseamos que las nuevas generaciones pasen por lo mismo y queremos cambiarlo. Hay muchas maneras de hacer educación sexual, se trata de encontrar la tuya, con tus valores y tu manera de ver el mundo.
C.T.: Cada familia puede tener unas motivaciones diferentes para ser activos en la educación sexual hacia los más peques. Puedes hacerlo para que se sientan seguros con su cuerpo, para que disfruten sin riesgos, para prevenir posibles situaciones de violencia o abuso… Pero lo que tenemos que tener claro es que siempre estamos educando, aunque pensemos que no. Porque si te dedicas a obviar los genitales, a hacer comentarios poco claros para evitar el tema o esquivas las preguntas que seguro te harán tus hijos, ya estás educando, pero en la vergüenza, enviando un mensaje de que esos temas son malos, provocando que tus hijos no te tengan confianza para preguntar sus inquietudes…
A.M.: ¿Cuáles son las claves para educar en sexualidad a los niños y las niñas y a partir de qué edad recomendáis los libros?
A.S.: Estos libros van dirigidos a peques a partir de cuatro años por la cantidad de texto, no por los contenidos. Sus contenidos se pueden explicar a cualquier edad. La clave principal es saber que el momento más importante para la educación sexual es de los cero a los seis años porque es cuando aprenden más cosas sobre esta temática y porque aún no tienen ninguna barrera cultural que les impida conversar contigo sobre sexualidad. Si hablamos de sexualidad con ellos a estas edades aprenderán que pueden comentar este tema contigo y no se convertirá en un tabú, como por desgracia sigue ocurriendo en la mayoría de los hogares y escuelas.
C.T.: Algo que está resultando muy positivo es tener estos libros en casa, a la vista de los peques, y que sean ellos los que los vayan descubriendo, igual que el resto de libros que puedan tener a su alcance. No hace falta utilizar nuestros libros para tener la típica «charla». Eso no funciona. Estos libros son para ir descubriendo una y otra vez, y para responder a todas las preguntas que nos van a ir haciendo nuestros peques.
¡Se llama pene! y ¡Se llama vulva! son libros de educación sexual para niñas y niños a partir de 4 años.
A.M.: ¿Por qué creéis que aún cuesta tanto emplear las palabras «vulva» y «pene» con naturalidad?
A.S.: Porque la sexualidad es un tema tabú para el que se utilizan eufemismos o palabras vulgares. Sin embargo, cada vez más personas están empezando a usar estas palabras tanto con los peques como entre personas adultas.
C.T.: Nuestra generación, los que ahora tenemos hijos de cuatro o cinco años, ya estamos más concienciados. Pero hemos crecido con este tabú y estamos teniendo que hacer un esfuerzo para cambiar las cosas, para quitarnos las vergüenzas y nombrar las cosas correctamente. Nuestros peques, por suerte, van a crecer más libres y ya no les parecerá raro llamar a los genitales por su nombre.
A.M.: ¿Por qué pensáis que se retrasa tanto la educación sexual hoy en día, aun con toda la información de la que ya disponemos y de los beneficios que sabemos que esto conlleva?
A.S.: Por desconocimiento. La mayoría de las familias de nuestra cultura quieren hacer educación sexual, pero creen que es algo que se debe hablar cuando los niños y niñas son mayores o incluso ya adolescentes. Y eso es llegar tan tarde que cuando intentan hablar de sexualidad se encuentran que sus hijos no quieren hablarlo con ellos.
C.T.: Como decía antes, lo primero que debemos tener claro los adultos es que siempre estamos educando. Por eso hay que hacer una revisión personal y decidir qué quieres que tus hijos perciban de ti.
A.M.: Cristina, tus ilustraciones son parte esencial y característica de ti y te conectan con tus seguidores, ¿crees que estas pueden resultar muy explícitas para algunos lectores o sus familias? ¿Nos podrías contar por qué es tan necesario ilustrar con este realismo?
C.T.: Creo que precisamente es este realismo, que combina una pizca de diversión y otra de amabilidad, la que ha conectado tanto con adultos como con los más jóvenes. Si las ilustraciones no reflejaran la realidad, estos libros no servirían de nada, así que deben ser educativos y, para ello, explícitos. Al final, estamos ilustrando partes del cuerpo humano, bellas y naturales, que todos tenemos. No debería haber ninguna vergüenza en ello.
A.M.: La idea de la guía para familias y educadores es buenísima, ya que nos proporciona herramientas y nos muestra cómo acercar la sexualidad a los más pequeños con naturalidad. ¿Podríais darnos algunas pinceladas sobre esta?
A.S.: Creo que la guía es muy necesaria para que las familias y los educadores puedan usar el libro con confianza y aprovecharlo al máximo. Responde a las principales preguntas que me hacen en las charlas y formaciones que imparto desde hace más de quince años.
A.M.: Seguro que tenéis nuevos proyectos en mente, ¿nos podríais adelantar algo?
A.S.: Sí, estamos trabajando un montón porque faltan muchos materiales para mejorar la educación sexual de nuestra cultura. Esta primavera también sacamos un cuaderno de actividades y juegos de la colección Menstruita: Supercuaderno de educación sexual.* Además, tenemos otros proyectos en marcha que aún no podemos revelar…
C.T.: La verdad es que nos entusiasma nuestro trabajo, así que nuestras cabezas no paran. Pero, como dice Anna, todavía tendréis que esperar un poco.
*Supercuaderno de educación sexual estará disponible el 04-05-2023.