Novelas breves

Elena Garro

Fragmento

Novelas breves. Elena Garro

Nota del editor

Durante buena parte de su vida, a Elena Garro, la idea de escribir en vez de leer le parecía tan absurda, que incluso llegó a afirmar: “Yo no pensaba en ser escritora”. Cuando en 1957 “debuta” como dramaturga, en 1958 como cuentista y en 1963 como novelista, sin que ella misma se refiriera a su labor periodística en la década de los 40, lo hace, como bien señala Emmanuel Carballo, “tardíamente [pero] dueña de un oficio, de un lenguaje poético y eficaz, de una sabiduría burlona con los cuales construye sus obras”. Al momento de hacer esta declaración, Carballo tiene en cuenta, como buena parte del público lector, incluso en la actualidad, los libros: Un hogar sólido, Los recuerdos del porvenir y La semana de colores, cuando el silencio que cubrió tanto a la escritora como a su obra durante poco más de diez años, recién empezaba a desaparecer y el grueso de su producción literaria iba siendo publicado a intervalos, hasta poco después de la muerte de su autora, en ediciones que, hoy en día, resultan de muy difícil acceso para toda aquella persona interesada en conocer más de la propuesta literaria de Elena Garro.

En este último punto reside el principal atractivo de estas Novelas breves, compuestas por: La casa junto al río, Y Matarazo no llamó…, Inés, Un corazón en un bote de basura, Busca mi esquela, Primer amor y Un traje rojo para un duelo, novelas que, además de ser la primera ocasión en que son publicadas en conjunto, ofrecen a sus lectores un perfil más completo de la producción total de Elena Garro. Se trata de obras ideadas o escritas a la par de otros textos publicados antes de 1980 que, además, inicialmente fueron concebidos como cuentos (caso de Inés) o bien, como obras de teatro (Un traje rojo para un duelo). Este punto, poco atendido por la crítica, nos lleva a considerar la trayectoria literaria de Garro como una búsqueda temática y formal continua: además de su reiterado y justo rechazo a ser considerada como parte del realismo mágico (observación basada, sobre todo, en sus tres primeros libros publicados), hay que considerar el aspecto fragmentario de su producción, así como la reiteración de ciertos temas, tratados tanto en el resto de su obra como en las Novelas breves.

Así, y por mencionar unos cuantos ejemplos, la lucha del individuo por preservar tanto su individualidad como sus ideales, en un ambiente ajeno, hostil, y aun a costa de su propia vida, es lo que une a Consuelo, Eugenio Yáñez e Inés, protagonistas de las tres primeras novelas que aparecen en esta edición. Pero la búsqueda de formas expresivas y de diversos ángulos de esta problemática no se detienen ahí, ya que sostienen una relación con personajes centrales de otras obras, como Felipe Hurtado, Felipe Ángeles, Mariana o los dos personajes femeninos que transitan por las páginas de Andamos huyendo Lola. Por su parte, Un corazón…, Busca mi esquela y Primer amor establecen paralelismos temáticos, narrativos, descriptivos y ambientales con cuentos como “Invitación al campo”, “La vida empieza a las tres” o “La feria o De noche vienes”, con personajes femeninos tan enigmáticamente inaprehensibles y, en buena medida, incomprensibles, de manera muy similar a lo que ocurre con Laura Aldama, Lucía Mitre o Blanca, protagonistas de diversos cuentos de La semana de colores. Finalmente, Un traje rojo para un duelo ofrece nuevas perspectivas a historias como “La mudanza”, “La señora en su balcón” o “Parada San Ángel”, al ofrecer no sólo personajes y ambientes similares, sino también escenarios y problemáticas afines, como si se tratara de un universo fragmentado.

Lo anterior no resta valor a las particularidades de cada una de las Novelas breves, sino que pretende establecer apuntes y líneas de lectura referentes a los vasos comunicantes que pudiera haber entre estas y el resto de la producción de nuestra autora. Así como resulta erróneo acercarse a la producción literaria de Elena Garro desde la perspectiva del realismo mágico, es necesario leer y releer estas novelas bajo la óptica de una mujer, de una escritora, cuyo interés por la búsqueda de diversas formas de expresión literaria asume sus riesgos y la mayoría de las veces resulta lo suficientemente bien lograda como para ofrecer una de las escrituras más originales, auténticas e inimitables de la literatura hispánica de todos los tiempos.

En cuanto a los criterios de edición respecta, se puede señalar que, salvo la primera edición de Un hogar sólido (1958), el resto de la producción editorial de Elena Garro ha debido “padecer” algunas inadvertencias de índole diversa que han tenido que ser corregidas en buena parte de las ediciones más recientes de la obra de Garro. En el caso de Novelas breves se puede ejemplificar que dichas inadvertencias pueden ser ortográficas (“acechanzas” por “asechanzas”), léxicas (“volvió a repetirse” por “se repitió”; “cañonazo” por “cachazo”, en referencia a un golpe dado con la cacha de una pistola) y sintácticas (“cruzó la casa apagada en silencio” por “cruzó en silencio la casa apagada”). Si se toma en cuenta que la escritora estuvo varios años fuera del país en reiteradas ocasiones y que buena parte de ese tiempo vivió en Francia, resulta comprensible la esporádica aparición de algunos galicismos. Uno de los más notables, al aparecer en novelas distintas, resulta ser un verbo: “repandir” o “repander”, proveniente del francés répandre, cuya traducción al español sería “propagar”, “extender”, “difundir” o “esparcir”, pero no “repandir” ni “repander”, que no existen en nuestro idioma. Un último tipo de trabajo de edición podría ser considerado de índole “cultural”, con casos como El diálogo de las Carmelitas por Diálogos de carmelitas. Aunque la revisión (en los aspectos señalados) de las siete obras aquí reunidas se hizo de manera cuidadosa, no pretende ser exhaustiva. Finalmente, es preciso señalar que se tomó como texto base las primeras publicaciones de cada una de las novelas, pues las que han sido publicadas tanto en México como en el extranjero parten de ellas. En resumen, fueron estos los aspectos en que se centró la edición de las Novelas breves de Elena Garro, que Alfaguara pone a disposición de antiguos y nuevos lectores de una obra que aún tiene mucho por mostrar.

ÁLVARO ÁLVAREZ DELGADO, 2022

Novelas breves. Elena Garro