Pasaron 20 años desde que Jonathan Franzen publicó «Las correcciones» (2001), la novela que lo llevó al éxito de lectores, el elogio de la crítica y la portada de las revistas como celebridad literaria. Durante los años siguientes, con «Libertad» (Salamandra, 2010) y «Pureza» (Salamandra, 2015) revalidó sus credenciales como el escritor que aspiraba a capturar la época en la tradición de la gran novela americana. De tramas ambiciosas que atraviesan generaciones y continentes, sus libros encuentran siempre su fuerza emocional en las complejidades del que parece ser su verdadero territorio: los vínculos familiares. Sin embargo, recién ahora con «Encrucijadas» (Salamandra, 2021) cree saldar cuentas con esa bestia negra que lo persigue: la familia. A partir de un pastor protestante del Chicago de los 70 con cuatro hijos y una mujer a la que hace tiempo ha dejado de querer, la novela despliega una descomunal épica doméstica que se expande durante 50 años para registrar las transformaciones profundas que la religión y la familia -dos de las grandes naves narrativas de Occidente- han atravesado en el último medio siglo. A continuación, el mismo Franzen explica con conmovedora franqueza por qué y cómo lo hizo.