Lo primero que os tengo que contar es que esta autora, conocerla la conocía, pero la verdad es que nunca me ha llamado la atención como para lanzarme a sus novelas. La tenía como escritora de romántica y ya sabéis que yo mucho de romántica no soy. Después de la lectura de esta novela que en verdad me vino de rebote, ha cambiado mi concepto de su pluma, sus historias y tanto es así que ya tengo en mis manos su siguiente novela que es de este mismo año (la que os traigo hoy es del 2020). Con esto os quiero decir que muchas veces como lectores tenemos prejuicios ante algunos escritores y los apartamos de nuestro camino, pudiéndonos perdernos sorpresas o historias como las que os traigo hoy a reseña.En esta novela tenemos dos personajes principales, Jakob y Emmanuelle, a los que más adelante se une su hijo Max, y varios secundarios, que irán apareciendo a lo largo de la historia. Jakob y Emmanuelle se conocen, a su pesar, en un campo de concentración donde inexplicablemente consiguen sobrevivir y verse rescatados al término de la guerra. Así pues, la historia comienza justo a mediados de 1945 y se trazarán todas sus vidas y sus descendencias. Podríamos pensar que es una saga familiar pero lo es a lo largo de sólo esta novela, que está cerrada, lo que implica que no tiene segunda parte. El relato del principio es duro y es angustioso, porque relata lo que encontraros los soldados al irrumpir en uno de los campos de concentración nazis y lo que encontraron allí. Creo que sobran las palabras pero vais a tener ya un nudo en la garganta que se repetirá alguna que otra vez a lo largo de la lectura, ya que esta autora trabaja muy bien el sentimiento, la superación de las tragedias, momentos de pérdida, de despedida... Todo esto que estará presente en nuestra lectura.Así pues, Jakob y Emmanuelle, perdidos y trastornados por la devastadora experiencia no saben qué hacer, descartan volver a Austría y Francia de donde los arrancaron, porque han perdido a todos sus seres queridos y nada los ata ya allí, así que optan por empezar una nueva vida en América. Pero para ir juntos no les queda más remedio que casarse, porque sino los podrían mandar a cada uno a una punta. Sólo se tienen el uno al otro así que lo hacen por interés, porque aún no saben que realmente están enamorados, y así, parten a una nueva vida, a la tierra de la libertad.Sus inicios aquí no son fáciles, viven en un pequeño apartamento, con todos los miedos que arrastran en su interior, y sin casi dinero, con trabajos en los que son explotados y no pueden avanzar. Además, Emmanuelle se queda embaraza y llega a sus vidas Max, lo que hace que en un principio su situación sea aún más precaria, los miedos que ella tiene porque se queden sin dinero y no puedan sacar adelante a su bebé aumentan y además ella está convencida de que el holocausto puede volver a repetirse de nuevo.. Parece que Emmanuelle es muy débil porque Jakob siempre está tirando de ella, pero en realidad él es el optimista de la pareja y ella es una mujer fuerte pero con todo lo que ha vivido, tiene los pies en la tierra, y no quiere arriesgar. Le gusta tenerlo todo atado y bajo control. En eso yo por ejemplo me veo reflejada en ella. La autora consigue que empaticemos con los personajes, no ya por el horror que han vivido, sino porque son personajes cercanos, que calan hondo, con los que te puedes identificar, y que son creíbles y reales. Pese a sus comienzos difíciles, y gracias a un personaje que me ha parecido muy tierno y entrañable y que se convertirá como uno más de la familia, Izzie, un americano que se queda viudo y mete a Jakob en su próspero negocio de diamantes, la familia ya no tendrá problema de dinero, es más nadará en la abundancia. Esto hace que puedan prosperar y tener tranquilidad. Mientras, Max va creciendo.Max, será el gran protagonista de casi toda la segunda parte de la novela. Así que conoceremos también su vida, sus desacuerdos con sus padres, su búsqueda de la libertad porque aunque no sea un chico rebelde, es hijo único, está muy sobreprotegido, pero esto lo entenderemos por todo lo que han vivido sus padres. Al final lo que transmites a tus hijos son tus vivencias, tus miedos, tus circunstancias, y esto puede ser positivo y negativo para él. Así que Max pronto se independiza, y con sus estudios, su valentía, su amor al riesgo y su genialidad para los negocios pronto se convierte en un hombre famoso, que sólo quiere amasar dinero un poco para compensar todas las carencias de sus padres, y también a la vez quiere formar una familia con muchos hijos. Ahí entra en juego Julie, con quien se casará Max pese a que a sus padres no les convence, pero él sigue a su corazón. En esta segunda parte el tema que destaca es la maternidad, entendida de maneras distintas que no son ni mejores ni peores, pero quizás la autora nos quiere hacer reflexionar de que quizás obligar a las personas a vivir la vida que nosotros queremos pero los demás no, siempre acabará mal.Volvemos a encontrarnos con momentos complicados en esta parte (la novela consta de unas 360 páginas), así que tenemos casi 200 dedicadas a Max. Hay un viaje y una visita que me encantaría contaros pero no quiero hacer spoiler (que me temo que alguno se me ha escapado ya), que sirve para que Max, muy joven, encuentre sus raíces, comprenda a sus padres y se haga definitivamente un hombre. Hay otras páginas en las que tendremos un nudo, se nos saltarán las lágrimas... Porque la autora hace que lo que te está contando te llegue y lo vivas intensamente. Es una novela muy humana, donde también caben otros temas como las relaciones personales con amigos, con los padres y con las parejas, el volver a empezar, la maternidad desde muchos ámbitos, de la guerra, el sentir de la religión judía...En resumen, si quieres tener entre tus manos una novela con dos historias que te llegarán a tocar la fibra, con mucha emoción, con una prosa sencilla y tierna, con personajes que no te dejarán indiferentes, con un ritmo ágil y fluído, y con la garantía de una escritora con muchísimos años de contar historias a sus espaldas, tienes que hacerte con Tras las huellas de su padre, y conocer a Jakob, Emmanuelle y Max.
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