Coco, una chica de algo menos de treinta años, vive enamorada de su compañero de piso, que a la vez es su mejor amigo y el ex-novio de una de sus amigas, y para evitar dar explicaciones todos, o casi todos, creen que sigue colada por su ex. Blanca, una de sus amigas, se va a casar y organizan como despedida de soltera un viaje en autocaravana durante unos días para celebrarlo. A partir de aquí, vamos conociendo a cada uno de los personajes que giran en torno a Coco y a su realidad. Narrado íntegramente en primera persona y, en parte, en presente, tenemos, como ya nos tienen acostumbrados las novelas de Elísabet Benavent, las dos voces, la de ella y la de él, lo que nos va permitiendo rodear todo lo que ocurre, aunque siempre de una manera subjetiva, y acercarnos a la intensidad de sus sentimientos.Déjame darte un consejo: toda mujer debe hacer una lista de hombres que no le convienen y, a pesar de las tentaciones, grabarse a fuego que si conoce a alguien con esas características, tiene que correr en dirección contraria.Comencé esta lectura con muchas ganas. El primer capítulo empieza de manera muy clara; es uno de esos capítulos que busca nuestra atención inmediata, tal y como a mí me gusta, para hacernos sentir cerca de ella, de Coco; está lleno de muchas verdades, con una narradora que te habla directamente a ti, que te habla de tú a tú, de esa manera que tiene la autora tan directa de escribir, donde incluso me parece que ha perdido cierta repetitividad que a veces mostraba en libros anteriores; en cierta forma recibo todo mucho más dirigido, como mucho más firme, sin rodeos... A medida que vamos avanzando, Coco nos va presentando a sus amigos y ya intuyes que todos ocultan algo, mienten o, mejor dicho, se mienten, pero todo de una forma real y cercana, a la vez que fácil. A partir de ahí, comienza esta historia.Para mí, esa manera que tiene la autora de contar una historia desde dentro, me parece muy activa, muy dinámica, muy seguida, algo que te obliga, en cierta manera, a leer casi de un tirón; de ahí que haya tardado tres días, llenos de otras muchas cosas, en terminarla. Aunque os parezca un sin sentido, no es una novela de textos pausados sino de confesiones pausadas. Uno de los grandes valores es cómo consigue describir a cada uno de los personajes desde la intriga de esas mentiras que giran en torno a todos. Los narradores son los protagonistas, en este caso son Coco y Marín, y no necesita un contador de la historia, una visión desde fuera, ajena, es suficiente con lo que lees, siendo esta la gracia y la fuerza de este texto. Puede ser que este tipo de escritura no le guste a todo el mundo pero a mí me encanta, junta la parte intimista, que tanto disfruto en las novelas, con la parte romántica de la vida y con la parte real de los problemas. Además, este texto, este viaje, está lleno de luz, del color del verano, de los amigos, el buen rollo y, como dice en un momento Coco, parece un anuncio de cerveza, sobre todo en la primera parte del libro, para luego escupir la verdad de las mentiras y oscurecer parte de la lectura.Creo que el libro casi "te obliga" a que lo leas seguido porque al ocurrir aparentemente en pocos días hace que tú quieras avanzar consiguiendo que la historia no se estanque, las cosas ocurran muy rápido; pero por otro lado, al ser una historia de sentimientos, de personajes, de cosas que se descubren, que salen a la luz, más que de grandes actos, de situaciones, confieso que llegó un poco a agobiarme. Cuando llevaba un 70% del libro sentí que me saturaba de ellos dos y tuve que alejarme, a pesar de las ganas que tenía de continuar, necesitaba descansar mi mente de todo lo que estaba leyendo. Era todo demasiado intenso y creo que estaba perdiendo algo la perspectiva. Quizá, el hecho de que las historias secundarias sean testimoniales, aunque importantes, y acompañen pero no descarguen fuerza a la principal, hace que esta sensación de sobre exposición a ellos sea mayor. Aunque en el fondo lo he agradecido, este podría ser un pero de este libro, eso sí, sin que condicione mi opinión final de esta lectura.Creo que hay un gran cierre, interesante, puede que la vida real pudiera ser de otra manera pero también puede que no, y al final es una novela que busca entretenernos y contarnos alguna verdad que otra sobre las relaciones entre amigos, amantes, familia, amores, y me da la sensación de que quien la ha escrito se encuentra en un momento dulce, con muchas dudas en la cabeza, pero que afianza ciertos aspectos de su vida con la creación de estos personajes tan distintos y tan ciertos. No tiene grandes diálogos pero sí intensos y que implican mucho. No hay narración, hay confesión, hay explicación, hay confusión, hay anhelo. Es un viaje que nos cuenta esta historia y sus consecuencias. Es una búsqueda y una aceptación.Como me pasa con otros libros de esta autora, me quedo antes con ÉL que con ELLA. Yo entiendo a Coco, y su manera de tirar hacia adelante y de marcar, entiendo sus decisiones, sus dudas, sus verdades y sus mentiras, pero me quedo con él, tanto en el antes, en el durante y en el después, y sobre todo por sus imperfecciones. Creo que si fueran reales y les conociera, me sentiría más cercana a él que a ella.Me ha gustado que me hable de relaciones, de todo lo que implican y de las consecuencias que tienen los actos que, tanto para bien como para mal, realizamos, a veces sabiendo que son más para mal que para bien. Todos nos equivocamos pero eso no nos redime ni evita las consecuencias. Habla mucho de la amistad, pero tomando cierta distancia, y de la familia.Me ha encantado esa manera de proyectar las poesías de Gus en el conjunto de esos sentimientos y lo que implican; incluso, a veces la historia parecía girar en torno a ellos y a lo que expresaban. Leídos en boca de otros, da la sensación que son un narrador más. Esto relativiza el uso de las palabras para guiar, a la vez que les aporta una gran importancia. La poesía no es de nadie, morena. Está ahí y tú pillas una frase y construyes un poema, pero no tiene por qué ser nada tuyo. Puede que lo fuera en un momento o puede que lo escribas porque dentro de unos meses necesites leerlo. Esto no es una ciencia exacta. Esto no es tan preciso como ponerle precio a un cuadro y venderlo.Para mí la escritura de Elísabet se vuelve más poética cada vez y eso me encanta. Tiene algo en tono de comedia aunque no podríamos hablar de humor. El lenguaje, y el uso del mismo, me ha resultado muy actual, muy moderno, muy vivo e inteligente, tal y como esperaba. Las palabras trasmiten una intimidad certera, una intimidad joven y urbana, nada soez aunque sí directa. Habla de sexo como tiene que hablar y normaliza, siendo éste otro de los aspectos que más me gustan.¿A quién recomendaría esta novela? Creo que a los lectores de narrativa contemporánea e intimista, tanto a los que suelen leer romántica como a los que no, que busquen una historia llena de verdades, mentiras y sentimientos alrededor de dos personas que lo son todo la una para la otra y que puede que se encuentren en momentos distintos de su vida. Es una historia sencillamente compleja porque no tiene una trama muy elaborada pero sí está llena de la complejidad que tienen los sentimientos y las relaciones, las verdades y las mentiras que contamos y que nos contamos, y las consecuencias de todo ello. Si todavía no has leído a Elísabet Benavent, este libro es una magnífica oportunidad para hacerlo. Creo que os sorprenderá. Si ya la habéis leído, os aseguro que sigue en la misma línea de los últimos (al menos hasta Sofía, porque Fuimos canciones y Seremos recuerdos todavía están sin abrir en mi estantería) pero con la particularidad de ser un único libro y tener, por tanto, el acierto de la brevedad. Una vez escuché decir a la autora que no sabía hacer historias de un único libro y no estoy de acuerdo con esa afirmación tras leer Toda la verdad de mis mentiras. Creo que ya ha aprendido a hacerlo y lo hace magníficamente.
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