
Cinco consejos para gestionar el enfado de nuestros hijos
Que nuestros hijos se enfaden es normal, pero podemos aliviar y prevenir futuros disgustos si les ayudamos a gestionar sus emociones. Descubre cómo.

EQUIPO PENGUIN KIDS
Entendemos de libros que molan.
Antes de ser padres o madres, pasamos varios meses o años teniendo una imagen idealizada de cómo será la relación con nuestros hijos. Pensamos en ellos riendo mientras jugamos, nos ilusionamos imaginando el momento en el que empezarán a dar sus primeros pasos o pronuncien las primeras palabras, e incluso llenamos su cuarto de juguetes que no usarán hasta dentro de mucho tiempo.
También surgen temores fruto de todas las dudas que nos asaltan: ¿a qué le gustará jugar?, ¿se sentirá querido o querida?, ¿hará buenos amigos?, etc. Porque la preocupación va incluida en el «carnet de padre y madre». Pero ¿sabes lo que no va incluido? Exacto: un libro de instrucciones de cómo educar a tus hijos.
¿Qué hay que hacer cuando nuestros hijos se enfadan?
Nuestras madres nos dan algunos consejos; las abuelas también; un tío lejano, al que no ves hace siglos, hace su aportación; el cuñado, por descontado, suelta su consejo impagable que no está escrito en ningún sitio, y no podían faltar esos vecinos, que a pesar de haber sido padres hace relativamente poco, tienen las claves, la verdad absoluta y el remedio infalible que te cuentan desde la tranquilidad y el orgullo de creerse los primeros padres de la historia de la humanidad.
Pero la realidad es que nadie te dice cómo actuar cuando nuestros hijos se enfadan, porque ellos, al igual que nosotros, también experimentan el cabreo o la rabia. Y, por descontado, no hay que hacer caso a esa persona que aparece y te dice «eso en mi época se solucionaba con un cachete». Los cachetes, zarandeos o cualquier tipo de imposición de fuerza física sobre ellos no es una solución. De hecho, los traumas y miedos que puedan surgir por ello les acompañarán toda la vida.
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El primer paso es que los padres y madres seamos conscientes de la base: el enfado de nuestros hijos no es más que la expresión de sus emociones, y cada uno las exterioriza de una forma diferente. A algunos niños les da por gritar; a otros, por patalear en el suelo, y a otros, por pegar a alguien que esté cerca. No podemos considerar esa manifestación como algo incorrecto.
Cinco dudas que Tania García resuelve y que ayudarán a entender el enfado de nuestros hijos para poder gestionarlo
¿Es negativo que nuestros hijos se enfaden?
Las emociones de nuestros hijos nunca son negativas, sino algo natural. Cuando nuestros hijos expresan lo que sienten y lo hacen en todo su esplendor, pegando, dando patadas, diciendo las palabras feas que saben, etc, no es algo negativo.
El problema viene cuando queremos que coarten su enfado.
¿Por qué se enfadan más con papá o con mamá?
Que se enfaden con solo uno de los progenitores no significa que uno de ellos sea una bruja o un brujo. Cuando por sistema se enfadan más con uno de los miembros es porque existe la confianza y la conexión suficiente como para expresar todo su enfado tal y como lo sienten.
¿Puede que nuestros hijos busquen que nos enfademos?
No buscan que nos enfademos. Simplemente buscan nuestros cuidados y nuestra atención. Siempre que veamos que ellos reclaman atención, es que en realidad la están necesitando.
¿Cómo establecer límites sin que se enfaden nuestros hijos?
Cuando ponemos límites, de antemano hemos de saber que ellos se van a enfadar. La clave está en cómo se acompaña ese estado de forma pausada, calmada.
¿Qué hacer cuando nuestros hijos se enfadan cuando no ganan y se frustran al jugar a juegos de mesa?
Aconsejo no jugar a juegos competitivos, sino a juegos cooperativos, en los que podamos cooperar como familia y pasárnoslo bien. Y, por descontado, como adultos, entender que nuestros hijos no son robots, que tienen emociones y que situaciones así les afectan.
El libro de Tania García ¿Qué_necesito_cuando_me_enfado? está protagonizado por Dami, un niño en el que pueden verse reflejados cualquiera de nuestros hijos. Él mostrará diferentes situaciones que le hacen ponerse de mal humor, nos contará cómo se siente en cada situación y qué necesita por parte de los adultos. Y a los papás y mamás nos enseñará, en pequeñas píldoras, cómo hemos de comportarnos con nuestros hijos para saber aplacar ese estado.
Como ves, no está dirigido a niños o a padres, sino a ambos. Con los consejos y la ayuda de Tania, los padres aprenderemos a empatizar y los niños, viendo cómo lo hace Dami, sabrán pedirnos lo que necesitan de una forma tranquila.
La rabia y el enfado son emociones naturales y aprender a gestionarlas es muy importante. Debemos dotar a niños y niñas de recursos emocionales que les permitan enfrentarse a los desafíos de la vida y controlar las emociones antes de que estas les controlen a ellos. Pincha en la imagen para descargarte unas sencillas actividades que pueden ayudar a tus hijos a recuperar la calma tras el berrinche.
Y aquí te dejamos el encuentro entre Tania García y Núria Aparicio, donde podrás escuchar algunos consejos para que los padres ayudemos a nuestros hijos a que ellos mismos gestionen sus enfados.