
Cómo contagiar la actitud positiva a tus hijos
A lo largo de la vida, cualquier persona sufrirá algunos cambios inesperados que pueden hacer variar su personalidad, su actitud ante los demás y su comportamiento ante otros imprevistos menores. Enseñar a nuestros hijos a afrontar los problemas de una forma positiva produce una base en su pensamiento que le ayudará a sobrellevar esas dificultades de forma más consciente y no anclarse en la negación. Sigue leyendo para descubrir una maravillosa historia de superación y ejemplo de actitud positiva.

EQUIPO PENGUIN KIDS
Entendemos de libros que molan
«No me sale», «no sé hacerlo» y «no puedo» son algunas de las frases más repetidas por niños y adultos cuando se enfrentan a algo nuevo.
En la mayoría de los casos es la falta de experiencia lo que lleva a pronunciar esas palabras y, a medida que practicamos diferentes tareas, la sensación de incapacidad va mermando. Pero ¿qué pasa cuando en lugar de una tarea, a lo nuevo que nos enfrentamos es a un estilo de vida?
El esfuerzo y la confianza en uno mismo son las bases del éxito.
De entre los muchos puntos positivos que tiene ser pequeño, uno de ellos es la maleabilidad de nuestro cerebro para entender y adaptarse a nuevas situaciones. Y cuanto más se practique la inteligencia emocional, más fácil será superar los baches a los que nos enfrentamos a lo largo de nuestra vida adulta, por eso es tan importante ser un referente de comportamiento para nuestros hijos, ya que aprenderán lo que vean en nosotros y lo pondrán en práctica como algo natural.
Por eso queremos compartir tres claves que ayudarán a tu hijo o hija a enfrentarse a esos cambios inevitables y que, en lugar de un freno, sean algo que puedan sortear:
- Si no te gusta, cámbialo. Muchas veces esperamos que los cambios se produzcan solos, pero la mejor manera de llegar a ese giro es provocándolo uno mismo. ¿Cómo? Centrando toda la energía en llegar al objetivo marcado.
- Adaptación al cambio. En ocasiones ese cambio no llega, lo que no significa que se haya fracasado en el intento, solo que hay veces en que las circunstancias lo impiden. En ese caso, hay que asumirlo de manera positiva y aclimatarse al nuevo estado.
- Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. Ya sabemos que es una frase muy manida, pero es cierto que cuando se produce un cambio en nuestras vidas, aprendemos a continuar por otro camino en el que descubrimos cosas que de otra manera no hubiéramos visto. Encontrar la manera de avanzar por vías que no estaban contempladas aumenta la perspectiva.
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Cisco García es un perfecto ejemplo de cómo darle la vuelta a la situación y no estancarse en los problemas.
A Cisco siempre le han apasionado los deportes, en concreto el snowboard y el tenis. En 2015, mientras practicaba el primero de los deportes junto a unos amigos, sufrió un accidente; la caída le dañó la médula espinal y, como consecuencia, perdió la movilidad de cintura para abajo.
Lejos de refugiarse en la negatividad, invirtió toda su energía en practicar la segunda de sus pasiones, y gracias a la Fundación Emilio Sánchez Vicario comenzó a practicar tenis sobre su silla de ruedas. Como era de esperar, la falta de práctica en una modalidad diferente del mismo deporte que él ya había practicado no dio sus frutos de forma inmediata, pero casi, porque a día de hoy ha conseguido ser el quinto español en clasificarse en la Federación Internacional de Tenis y ha llegado a ser el 76 en el general de la ITF (International Tennis Federation).
El deportista, junto a su mujer, la médica Raquel Rostro, ha querido dejar constancia de su ajetreada y divertida vida en el libro Compañeros de aventuras, un diario protagonizado y narrado por Gonzalo, el pequeño que tienen en común, un niño que se apunta a todas las aventuras acompañando a sus padres alrededor de todo el mundo, donde nada les impide disfrutar al máximo de cada experiencia.
¿Quieres saber algunas curiosidades de Cisco?
- El mejor recuerdo que tengas. En la playa con mi familia.
- ¿Cuál era tu juego favorito de pequeño? Futbol.
- Un color. Rojo.
- Un sabor. Saladito. Las patatas revueltas con huevo y el gazpacho que hacía mi madre.
- Un olor. A mar cuando llegábamos a la playa, y a día de hoy, a campo.
- Película favorita. Rocky.
- Libro favorito. La hoguera de las vanidades.
- Héroe o heroína. De pequeño, Superman, y en la realidad, mi padre.
- Un miedo. La enfermedad de algún familiar.
- Un deseo. Un mundo más justo donde no haya tantas desigualdades.
Si quieres ver a Cisco y a Raquel en vivo, clica en el vídeo de la presentación virtual de Compañeros de aventuras para disfrutar del derroche de energía positiva que desprenden.