Cinco libros para acercarse a la grandeza de Javier Marías
Con tristeza despedimos a uno de los más grandes autores de la literatura en español. Sus libros, eso sí, nos seguirán acompañando: aquí recogemos una pequeña muestra de una carrera absolutamente extraordinaria.

Javier Marías en su casa de Madrid en una imagen tomada en abril de 2011. Crédito: Getty Images.
El mundo es un lugar más triste sin Javier Marías, uno de los escritores más importantes de la literatura en español de los últimos 50 años. Lúcido, tan reflexivo como emocionante, sagaz, brillante. Un novelista excepcional, irremplazable, que también ejerció como columnista, editor y traductor. Y aún hay más, mucho más: profesor en la Universidad de Oxford y en la Complutense de Madrid, fue miembro de la Real Academia Española e integrante internacional de la Royal Society of Literature (RSL), la organización benéfica del Reino Unido para la promoción de la literatura. Sus obras se han publicado en 46 lenguas y en 59 países. Casi nada.
Se marcha con 70 años y muchas historias por contar, pero nos queda su legado: decenas de traducciones, cientos de artículos en prensa... y 16 brillantes novelas, de las cuales destacamos las siguientes (tarea complicada -además de injusta- seleccionar sólo cinco):
«No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados. Cuando se oyó la detonación, unos cinco minutos después de que la niña hubiera abandonado la mesa, el padre no se levantó en seguida, sino que se quedó durante algunos segundos paralizado con la boca llena, sin atreverse a masticar ni a tragar ni menos aún a devolver el bocado al plato; y cuando por fin se alzó y corrió hacia el cuarto de baño, los que lo siguieron vieron cómo mientras descubría el cuerpo ensangrentado de su hija y se echaba las manos a la cabeza iba pasando el bocado de carne de un lado a otro de la boca, sin saber todavía qué hacer con él». Menudo comienzo, amigos. Menuda manera de arrancar un libro, devenido poco después en clásico contemporáneo, cuyo protagonista y narrador, Juan Ranz, prefiere siempre no saber... consciente de lo peligroso que resulta escuchar.
Una reflexión sobre el estado de enamoramiento, considerado casi universalmente como algo positivo e incluso redentor a veces, tanto que parece justificar casi todas las cosas: las acciones nobles y desinteresadas, pero también los mayores desmanes y ruindades. Los enamoramientos es también un libro sobre la impunidad y sobre la horrible fuerza de los hechos; sobre la inconveniencia de que los muertos pudieran volver, por mucho que se los haya llorado y que en apariencia nada se deseara tanto como su regreso, o al menos que siguieran vivos; también sobre la imposibilidad de saber nunca la verdad cabalmente, ni siquiera la de nuestro pensamiento, oscilante y variable siempre. Citamos a Edward St. Aubyn, periodista del New York Times Book Review: «Sea lo que sea que creamos que vaya a suceder mientras leemos, estamos eligiendo pasar tiempo en compañía de un autor. En el caso de Javier Marías, se trata de una buena decisión; su mente es profunda, aguda, a veces chocante, a veces hilarante, y siempre inteligente... Macbeth nos recuerda que Shakespeare no trazaba distinciones fastidiosas entre misterios sobre asesinatos y alta literatura, y no hay razón para que Marías tampoco lo haga... Tiene una empatía penetrante... Para sus seguidores habituales, Los enamoramientos será otro feliz desembarco de Marías; para el nuevo lector es tan buen punto de partida como cualquier otro de sus libros».
Otra hechizante primera frase para atraparnos sin remedio: «Nadie piensa nunca que pueda ir a encontrarse con una muerta entre los brazos y que ya no verá más su rostro cuyo nombre recuerda». Esto es lo que ocurre al narrador de la novela, Víctor Francés, guionista de televisión y negro o escritor fantasma, encargado de redactar los discursos de la gente importante e ignorante. Recientemente divorciado, es invitado a cenar a su casa por Marta Téllez, mujer casada cuyo marido está de viaje y madre de un niño de dos años. Tras la cena galante, el hombre y la mujer pasan al dormitorio donde, «aún medio vestidos y medio desvestidos», ella empieza a sentirse mal hasta que agoniza y muere en una escena sobrecogedora. Esa infidelidad no consumada se convierte así en una especie de encantamiento con problemas bien reales e inmediatos: qué hacer con el cadáver, avisar o no avisar, qué hacer respecto al marido, qué hacer con el niño dormido, qué diferencia hay entre la vida y la muerte.
Dos novelas conectadas pero publicadas de manera independiente, de ahí que hablemos de ellas como un todo. Berta Isla es la envolvente y apasionante historia de una espera y de una evolución, la de su protagonista. También de la fragilidad y la tenacidad de una relación amorosa condenada al secreto y a la ocultación, al fingimiento y a la conjetura, y en última instancia al resentimiento mezclado con la lealtad. Tomás Nevinson, último libro de Marías, es una profunda reflexión sobre los límites de lo que se puede hacer, sobre la mancha que casi siempre trae la evitación del mal mayor y sobre la dificultad de determinar cuál es ese mal. Con el trasfondo de episodios históricos de terrorismo, Tomás Nevinson es también la historia de qué le sucede a quien ya le había sucedido todo y a quien, aparentemente, nada más podía ocurrir.
«De lejos es el mejor prosista español actual... Un escritorazo», dijo Roberto Bolaño. Orhan Pamuk, por su parte, afirmó que «entre quienes deberían recibir el Nobel está Javier Marías». J. M. Coetzee, otro Nobel como Pamuk, aseguró que Marías era «uno de los mejores escritores europeos contemporáneos». Con declaraciones así uno se puede hacer a la idea de la importancia incontestable de la obra de Marías, un trabajo cuya cumbre es esta grandiosa y monumental novela publicada originalmente en tres entregas: Fiebre y lanza (2002), Baile y sueño (2004) y Veneno y sombra y adiós (2007). Contada con la maestría de uno de los mejores novelistas contemporáneos, tal vez el más profundo y arriesgado, Tu rostro mañana se cuela bajo el mundo más o menos apaciguado en que vivimos los occidentales, un lugar donde siempre late una necesidad de traición y violencia que se nos inocula como un veneno.