Cómo fomentar en los niños y las niñas «el superpoder de elegir»
Pequeños preguntones 3 min.

Cómo fomentar en los niños y las niñas «el superpoder de elegir»

Cuando la capacidad de elegir está al alcance de nuestra mano, se convierte en un superpoder. El de cambiar las cosas para un día... o para siempre. Y solo depende de uno mismo el aceptar de una manera u otra lo que nos sucede en la vida. 

En este post, Adrián Cordellat te cuenta cómo enseñar a tus hijos a elegir cómo reaccionar ante las cosas del día a día. 

ADRIÁN CORDELLAT

Periodista especializado en infancia y en literatura infantil y juveni l


@acordellat

«Tener la capacidad de elegir es un superpoder que, por suerte, está al alcance de cualquiera, ya que es una habilidad que se aprende y se mejora si se lleva a la práctica. La capacidad de elegir marca nuestro día a día a corto plazo, pero también tiene consecuencias a largo plazo, durante toda nuestra vida», afirma Sonia Martínez, psicóloga y directora de los centros Crece Bien de Madrid, pioneros en la enseñanza y el desarrollo de habilidades emocionales, sociales y de aprendizaje.

Esa lección, que tomar decisiones y elegir implica renunciar a otras decisiones y que, por lo tanto, tiene un impacto en nuestro día a día y unas consecuencias, la sintetizó maravillosamente el escritor noruego Karl Ove Knausgard en uno de los textos que componen En invierno: «El pasado está perdido para siempre, y aquello que no ocurrió en él está doblemente perdido. Conduce a una peculiar sensación de pérdida, la melancolía del pasado no realizado. Esa sensación suena exaltada e innecesaria, algo que puede llenar las almas pasivas y alejadas de la vida, pero radica en una comprensión y una añoranza fundamental: todo podría haber sido distinto».

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Y esa idea, que «todo podría haber sido distinto», queda captada a la perfección en Tú tienes el superpoder de elegir (Montena), una colección ilustrada y firmada por Ganit y Adir Levy, que toma la forma de los clásicos «elige tu propia aventura», aunque en esta ocasión lo que elige el lector es la reacción que toma el protagonista del libro, Dani, ante cada suceso cotidiano que le ocurre en su día a día. Reacciones que tienen mucho de emocionales y que oscilan entre los enfados, las rabietas y la capacidad de, desde la serenidad, relativizar los sucesos a través de una correcta gestión emocional. «Las emociones nos guían en las decisiones que tomamos, así que conocer qué información nos da cada emoción nos llevará a tomar buenas decisiones. Por el contrario, si no sabemos qué nos quieren decir, lo normal es que acabemos actuando de manera impulsiva, que es lo que le pasa a Dani cuando se enfada», señala Martínez.

Unas reacciones impulsivas y unos comportamientos que, evidentemente, tienen consecuencias para Dani y sus relaciones con los miembros de su familia. Para mal, cuando pierde los papeles, pero también para bien cuando es capaz de respirar hondo y ser reflexivo. Cada decisión en este particular «elige tu propia aventura», por tanto, cambia una historia que nos propone nueve finales distintos y que es una invitación a que los pequeños lectores aprendan a identificar sus propias emociones en situaciones que se viven en cualquier casa a diario y en las que no siempre tanto adultos como niños tomamos las decisiones más acertadas.

 

Dani es el protagonista de la colección Tu tienes el superpoder de elegir.

«Los libros de la colección Tú tienes el superpoder de elegir enseñan a los niños a pararse, a pensar en las alternativas que tienen y en las consecuencias de cada una de ellas, para de esa forma poder tomar la mejor decisión. También para que, después de tomar esa decisión, sea buena o no tanto, evalúen cómo le ha ido a Dani y piensen si cambiarían algo, lo que les llevará a practicar una buena toma de decisiones. Al final, este es un proceso que ha de repetirse muuuuuuchas veces para que sea interiorizado», reflexiona Sonia Martínez, que lanza una pregunta al aire: «¿Cuántas personas conocemos que van siguiendo las decisiones de los demás porque no saben tomar las suyas o eligen a personas en su vida para que estas tomen las decisiones por ellos?». Para la psicóloga, se trataría de personas que no han aprendido el superpoder de elegir porque en su día nadie les dio la opción de practicarlo. «Seguramente se sientan tristes, apáticos, desmotivados, indecisos o vacíos. Son las emociones con las que llegan muchas veces estas personas a nuestras consultas», añade. 

Tu tienes el superpoder de elegir es la colección con la que los niños y niñas aprenderán a decidir como reaccionar ante diferentes situaciones.

Propuestas para fomentar el superpoder de elegir

¿Y cómo podemos fomentar ese superpoder de elegir en nuestros hijos e hijas? ¿Qué podemos hacer desde casa para potenciar esa capacidad? Para Sonia Martínez, libros como Tú tienes el superpoder de elegir son herramientas muy interesantes porque los niños aprenden a través de la historia y del ejemplo de su personaje: «Se ponen en su lugar, empatizan con sus reacciones, observan las consecuencias. Es una gran forma de aprender». Al margen de esta herramienta, y siguiendo desde este punto de vista práctico, la psicóloga recomienda poner en práctica una serie de ejercicios en nuestro día a día con los pequeños:

  • Dejar que el niño vaya tomando decisiones acordes a su edad. Y si le resulta difícil, acortarle las opciones entre las que elegir. Por ejemplo, cuando el niño va a comprar un dulce, dejar que elija entre varias alternativas, una elección que apenas tiene trascendencia, pero que le posibilitará ir practicando la habilidad de elegir. Y es más importante de lo que pensamos, porque muchas veces, por las prisas, ante una mínima duda acabamos eligiendo por ellos y eso es negativo. 
  • Reforzar el hecho de que ha tomado una decisión y que eso es un acto muy valiente. En el caso de que la decisión no haya sido buena, según nuestro punto de vista, mostrarle que equivocarse es una oportunidad para aprender.
  • Practicar con ellos el juego de «¿Qué elegirías si....?». Se trata de completar la frase con la situación que imaginemos y que cada miembro de la familia tome la decisión de qué haría en ella.
  • Ayudar al niño a flexibilizar su pensamiento. Siempre, ante una misma situación hay diferentes respuestas posibles. Por eso, practicar con él las diferentes respuestas ante una misma situación le ayudará a valorar un gran abanico de opciones.
  • Guiarle en la toma de decisiones a través de las preguntas. Por ejemplo, «¿Cómo te hace sentir la decisión que vas a tomar?». Si le hace sentir tranquilo o alegre, será una buena decisión. Sin embargo, si le hace sentir nervioso, intranquilo o culpable, quizás haya que valorar otras alternativas.

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