Alejandra Pizarnik fue una de las grandes poetas hispanoamericanas y la creadora de un universo propio y enigmático difícil de descifrar. El jeroglífico de su obra se despliega también en las cartas que escribió a sus allegados, desde su familia hasta los grandes nombres de la cultura del siglo xx, como Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares o Silvina Ocampo.
Enviadas desde Buenos Aires, Nueva York y París, estas páginas muestran una vez más la lucidez de Pizarnik, quien mezcla los quehaceres cotidianos con la reflexión literaria en unas cartas que son, en sí mismas, pequeñas obras de arte.
Lumen ha publicado las distintas piezas del rompecabezas formulado por Alejandra Pizarnik: la Poesía completa, la Prosa completa y los Diarios. Ahora, Ivonne Bordelois y Cristina Piña han recopilado las cartas enviadas por Pizarnik en una edición imprescindible, que ilumina una faceta inédita de la espléndida autora argentina.
Reseñas:
«Sombría, orgullosa, llena de suturas y de grietas, la obra pizarnikiana responde a una estructura del deseo.»
María Negroni
«Cada poema [suyo] es el cubo de una inmensa rueda.»
Julio Cortázar
«Si tuviera que escoger una cocina literaria para instalarme [...] viviría muy a gusto en la de Alejandra Pizarnik.»
Roberto Bolaño
«Al encanto de Pizarnik de ser una figura envuelta en el misterio y una personalidad inexplicable, hay que añadir el hecho de que palabra por palabra ella escribía la noche, y el lector que se acerque a ella descubrirá que esa escritura nocturna, que tenía un alto sentido del riesgo, nacía de la más pura necesidad, como a pocos escritores del siglo XX se les ha visto.»
Enrique Vila-Matas, Babelia
«Un hecho excepcional en la literatura argentina, que puede adjudicarse al aura de prestigio casi legendario que ha envuelto la vida y la obra de Alejandra Pizarnik.»
César Aira
«Una escritura que no acaba nunca.»
Winston Manrique Sabogal, El País
«Para la numerosa legión de los pizarnikianos, estas cartas serán una lectura golosa, incluso en los pasajes que parecen anecdóticos y banales, pues su voz está siempre bajo el control de una lucidez extraordinaria y de un deseo inquebrantable de poesía.»
Edgardo Dobry, El País
«Las cartas personales de la gran poeta Pizarnik desvelan parte de su enigmático universo. [...] Estas misivas son en sí mismas pequeñas obras de arte. Poética.»
La Voz de Galicia