¿Quién regala a los que regalan (es decir, a los Reyes Magos)?
Cenas, comidas, tiempo libre, reuniones con amigos, familia, las campanadas... ¡y los Reyes Magos!
La Navidad es un ir y venir de eventos cuya mayor recompensa es pasar tiempo con los seres queridos y que termina con los regalos de Melchor, Gaspar o Baltasar.
Pero… ¿quién lleva los regalos a los Reyes Magos? Si quieres saberlo, sigue leyendo este post de Alejandra Melús.
La Navidad ya está aquí. Podemos verla en las calles, iluminadas con sus árboles y luces navideñas, también en los escaparates y las tiendas, decoradas con los adornos típicos de estas fechas. Pero, sobre todo, se empieza a sentir ese espíritu navideño que nos invade a todos, las miradas de los niños, la ilusión por celebrar en familia, las ganas de estar juntos y hacernos felices los unos a los otros.
Con la Navidad vienen muchas tradiciones de la mano. Todo dependerá de la cultura y las costumbres de cada entorno, del país o la ciudad donde nos encontremos o de nuestras tradiciones más profundas, propias de nuestra familia de origen, como pueden ser la Nochebuena, el Tió de Nadal, el Olentzero, Papá Noel, la Nochevieja, el Día de Reyes…
La magia de la Navidad no reside en los regalos o en las comidas, sino que se trata de un momento del año muy especial, de una emoción única donde entran en juego varios factores.
El primero es la ilusión de todos por hacer de este momento uno muy especial. Esa ilusión se genera con un espíritu familiar, de unión, amor, confianza, en el que todos hagamos porque sea un tiempo único, donde llevar a cabo nuestras costumbres familiares o curiosidades sobre el origen de algunas cosas, como poner el árbol de Navidad, adornar la casa juntos, preparar el menú que tomaremos en las fiestas con la familia entre todos, escribir la carta a los Reyes Magos…
Esta pregunta se la hacen muchos niños y niñas cada Navidad, y ahora tenemos la respuesta en este álbum ilustrado de Laia Albareda.
Quizás los Reyes Magos se hagan regalos entre ellos, o igual es el Olentzero quien se los lleva, o tal vez sea el Tió de Nadal, o ¿puede que nadie les lleve regalos a ellos después de lo generosos que son ellos con todos nosotros? En este cuento, su protagonista nos dará la respuesta y, con mucha magia e ilusión encontraremos el modo de que los Reyes Magos reciban sus regalos de Navidad.
Tampoco podemos olvidar que la Navidad es el momento ideal para recordar lo felices que nos hace compartir, entregar y ofrecer a los demás.
Como este cuento nos transmite con su historia, el hecho de compartir con otros, nos hace sentirnos plenos, completos, porque ver la felicidad de los demás cuando reciben, cuando ven que hemos pensado en ellos, nos hace incluso más felices que recibir algo para nosotros.
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Quizás para aquellos hermanos mayores que ya hayan descubierto la verdadera magia de la Navidad, quizás sea un momento ideal para hacerles partícipes de un modo especial y original, si así lo deseamos, invitándoles a participar en alguno de los regalos, elaborando el suyo propio para alguien a quien ellos elijan o participando de un modo diferente al que hasta ahora había sido su papel.
Pero, sobre todo, muchas veces nos invaden las dudas de si debemos o no mentir a nuestros hijos sobre la magia de la Navidad. Cada vez hay más familias que optan por vivir la tradición de un modo diferente y es aquí donde cada una debe elegir lo que le haga sentir más cómodo y afín a sus creencias.
Hay dos aspectos fundamentales que deberían servirnos de pilar para seguir la tradición pero respetando las emociones y ciertos valores básicos:
1. Podemos continuar con la magia y la ilusión hasta que nos pregunten, y cuando lo hagan contarles la verdad con amabilidad y cuidado. De este modo no habremos alargado las dudas de nuestros hijos y seremos nosotros quienes les demos respuesta a sus dudas, antes de que busquen en otro entorno.
2. No emplear los regalos como un premio ante su comportamiento, generando miedos, chantaje o desconfianza en el niño.
Con estas dos pautas bien claras, si tenemos dudas, podemos generar una base que nos haga sentirnos cómodos y disfrutar de estos momentos de magia e ilusión.
Los niños tienen una mirada diferente a la de los adultos. Ellos viven todo como un juego, lleno de magia e ilusión constante. Su día a día está lleno de retos y sueños. Su inocencia, el no saber identificar aún las consecuencias de sus actos o no conocer el verdadero valor de las cosas materiales les hace tener otra mirada hacia el mundo que el adulto, por sus experiencias, madurez y recorrido en la vida, ya no tiene. Es parte de la infancia vivir con magia y con esa mirada tan especial la Navidad y es parte de los adultos acompañarla y favorecerla para que así sea.
La verdadera importancia la tiene el cómo enfrentarse a la verdad y no tanto el cuándo, ya que la realidad la descubrirán tarde o temprano y, es aquí donde nuestro papel es fundamental, por lo que debemos saber acompañar este momento tan significativo para ellos teniendo las herramientas adecuadas:
• No tiene por qué suponer un recuerdo traumático en sus vidas, que la mayoría de los adultos no lo recordamos como el peor momento de nuestra infancia, y que hemos continuado celebrando la Navidad y los Reyes Magos con mucha ilusión y magia, desde otra mirada
• Lo básico siempre funciona, como emplear la naturalidad, sin negar, enredar o generar más dudas. Explicándoles con sencillez, hablándoles de tradición…
• Dejar que nos pregunten y compartan sus dudas. Muchas veces han oído tanto en otros espacios como en el colegio, con amigos, en la televisión..., que sólo quieren respuestas contundentes de quienes somos sus referentes
• Darles protagonismo explicándoles que ahora su papel es muy importante, como ayudantes de la Navidad y guardianes del secreto, si así lo deseamos
• Explicarles que la ilusión y la magia continúan dentro de nuestra familia, en nuestro corazón, que la Navidad no sólo es lo material, sino la mirada que cada uno pone en ella
Nos podemos acompañar de esta historia que nos cuenta Pero… ¿quién lleva los regalos a los Reyes Magos? o también de Elfos en el quinto piso, que habla sobre estos temas de un modo amable, empático y afectivo.
Y sobre todo, no podemos olvidar que lo que el objetivo fundamental de estas fechas, sea cual sea nuestra cultura o tradición, es pasar tiempo con quienes queremos y nos quieren, disfrutando de aquello que amamos, como cuando leemos cuentos con nuestros peques sentados en nuestras piernas, o cantamos juntos villancicos mientras tocamos la pandereta.