Tilsa Otta: fe, astrología y magia sexual para mi generación
Cuando publicó su primera novela en 2020, su nombre ya era un guiño y una clave: con cuatro libros de poesía publicados, los jóvenes de Perú la nombraban como una de las voces de este tiempo y de su generación. En 2021, «Lxs niñxs de oro de la alquimia sexual» (Literatura Random House) se publicó en el resto de los países de Hispanoamérica y Tilsa Otta se consolidó como lo que se decía de ella: una voz nueva capaz de abordar el universo generacional de la sexualidad, los mil pliegues del amor plural y la necesidad de alguna forma de fe de su época. De todo esto -y de una inolvidable sesión de ouija para invocar a Alejandra Pizarnik- conversó con Luna Miguel.
Por Luna Miguel
Tilsa Otta por Tilsa Otta.
A finales de 2021 llegó a las librerías de mi país la primera novela de Tilsa Otta. Yo había conocido años antes a la autora que se esconde tras ese nombre —imposible de olvidar, casi adictivo o mágico: Tilsa Otta, Tilsa Otta, Tilsa Otta— porque las poetas y los poetas jóvenes de Perú no dejaban de nombrarla como referente. Allá por 2013 o 2014, quienes se adscribieron a los movimientos que surgían alrededor de la revista Poesía Sub25 hablaban de ella como de una gran autora de su tiempo, y no les faltaba razón. Su poesía, que de un primer vistazo parecía sencilla, leve, en realidad escondía desparpajo, pensamiento, una hilera de ideas, envueltas a veces en ternura, y otras en mística y oscuridad. «Tilsa Otta», pronunciaba yo tras leer sus versos, que muchas veces me recordaban al universo animal de Dorothea Lasky, a la gracia rebelde de Berta García Faet o lo conversacional en Carmen Ollé. «Tilsa Otta», me dije con sorpresa, cuando supe que la autora había escrito una novela con un título tan inolvidable y punk como su propio nombre: Lxs niñxs de oro de la alquimia sexual, y cuando al fin pude tenerla en mis manos, y leer de una sentada esa historia sobre la sexualidad más descarnada, sobre los entresijos del amor plural y sobre la necesidad urgente y generacional de una fe. Una protagonista que tiene orgasmos y ve a Dios, y que se acoge a las enseñanzas de la monja Hildegarda de Bingen, de la misma manera que en novelas como Aliens & Anorexia, de Chris Kraus, la protagonista se ve reflejada en los misticismos de Simone Weil. El sexo y la religión, lo millennial y su escritura como tabla de salvación para quienes pertenecemos a esta generación fatigada, a veces sin rumbo. «Tilsa Otta», vuelvo a decir en voz alta. Pero como al otro lado nadie me responde, pues entre la poeta y ahora novelista peruana y yo existen varios miles de kilómetros de distancia, quise recuperar un género tan antiguo como el de la carta y mandarle algunas de las cosas que siempre quise saber sobre su novela, sobre su vida y sobre su corazón.
El punto cero del ser
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Querida Tilsa, espero que estés muy bien. Me hace mucha ilusión enviarte, a través de mi amiga Blanca, estas preguntas para una entrevista en la revista LENGUA. Verás que son unas preguntas sencillas, con las que me gustaría que lxs lectorxs se sintieran tentados de acercarse al hermoso libro que acabas de publicar. El año pasado, cuando lo leí, me emocioné mucho. Me parece que tiene todo lo que espero de un libro sorprendente: transgresión, humor, lirismo, ternura. Así que aquí te copio algunas preguntas que, en la relectura de la novela, me han ido surgiendo y que espero que te guste responder. Tómate el espacio que desees, que aquí estaré atenta a tus respuestas.
Luna Miguel: Para empezar, me gustaría rescatar una descripción que tú misma has hecho de tu libro en el vídeo de promoción para las redes sociales del Mapa de las Lenguas. Dices que se trata de una «novela sobre magia sexual». Me encantó esa manera de definirla, pero también me pregunté si ese resumen se lo pusiste antes o después de haberla escrito.
Tilsa Otta: Desde el inicio quería que este libro sea una especie de compendio de magia y especulación sobrenatural, por eso a través de la historia de la protagonista se divulga información muy diversa sobre magia sexual según ha sido explorada por distintas culturas y creencias. La idea es que cada lectorx salga de esta lectura con un diploma imaginario en Teoría de Magia sexual. El sueño es que luego lo lleven a la práctica.
Luna Miguel: Lo preguntaba porque muchas veces una empieza a escribir sin rumbo, pero con intuiciones. ¿Cuál fue el primer pálpito que te llevó a escribir Lxs niñxs de oro de la alquimia sexual?
Tilsa Otta: El antecedente es un cuento titulado Mono platirrino en el castillo de Neuschwanstein, que es literalmente el primer capítulo de la novela. Fue publicado en un libro de relatos y tanto a algunxs lectorxs como a mí nos dejó con curiosidad, parecía la punta de un gran iceberg tibio. Y ese relato surgió de mi fascinación por la sexualidad y sus posibilidades.
Luna Miguel: Ahora que he sacado a relucir el título de tu libro: ¿te ha dado problemas el uso del lenguaje inclusivo?
Tilsa Otta: En realidad, no. Si hay gente que no lo lee por eso, es un problema de ellxs.
«Personalmente, en el lenguaje inclusivo uso la X. Me parece misteriosa, sugerente, y tiene un aire cyberpunk. Después de publicado el libro, descubrí que me encanta no poder pronunciar el título: un nombre que no se puede pronunciar es mágico».
Luna Miguel: Otra cosa que me llamó la atención es la elección de la X. Creo que Argentina y México son dos de los países hispanohablantes en donde se usa más la E. En España aún estamos un poco mareadxs y no sabemos qué usar. A mí me gusta la X, pero sé que a algunas personas les confunde. ¿Alguna vez te planteaste titularla Les niñes de oro…? ¿Por qué la decisión de la X?
Tilsa Otta: Personalmente, uso la X. Me parece misteriosa, sugerente, y tiene un aire cyberpunk. Además, no sé si será por su corto tiempo de uso pero el lenguaje inclusivo con E a veces me suena gracioso, y aunque la novela es graciosa no quería que el título lo fuera. Después de publicado descubrí que me encanta no poder pronunciarlo, un nombre que no se puede pronunciar es mágico.
Luna Miguel: Sigo con este tema, que me parece interesantísimo. Tú eres poeta, y sabes de sobra que la poesía es un terreno de experimentación. ¿Por qué crees que hay personas tan reacias a que se experimente con el lenguaje de esta manera?
Tilsa Otta: Por los argumentos que he escuchado de quienes se oponen, experimentar con el lenguaje con el propósito de que incluya a personas LGBTIQ y represente un pensamiento no binario es casi igual de aberrante que la existencia de quienes lo impulsamos. Lo ven como un terreno de disputa que no quieren perder. Probablemente la experimentación poética no les resulte relevante ni amenazante, aunque también en ese caso puedan sostener que hay una sola forma correcta de hacer las cosas y deberíamos seguir así hasta el fin del mundo pues ya estamos llegando.
Luna Miguel: Más allá del título del libro, en la novela hay más transgresiones. Desde la manera de presentar los capítulos breves y veloces, la exposición de la sexualidad, la investigación sobre la fe, pero desde un punto de vista socarrón… ¿Te consideras una escritora transgresora? Y si es que sí: ¿por naturaleza o por un proceso de trabajo de esa transgresión?
Tilsa Otta: No pienso en mí misma como una escritora transgresora pero mi escritura es una extensión de mi forma de habitar el mundo, y como ser humana supongo que lo soy. Hay muchas cosas con las que estoy en profundo desacuerdo desde que tengo uso de razón y cuando me expreso se manifiestan naturalmente. Lo breve y veloz comenzó cuando nací a los ocho meses porque ya me sentía lista, el humor es una guerra infinita contra el drama. Mi proceso de trabajo más serio ha sido el de vencer a la ansiedad.
Luna Miguel: También es verdad que hoy lxs periodistas llamamos a todo transgresor o rompedor. Especialmente si quien ha escrito el libro o creado la obra es una mujer joven. Pero es que en este caso Cristy, tu personaje principal, lo tiene todo para que le coloquen la etiqueta.
Tilsa Otta: Pienso que Cristy no llega a ser transgresora con convicción, se cuestiona y teme constantemente. No sabe si dejarse llevar por el universo que se abre ante ella o continuar con su vida normal. Sentí que podía representar más bien a una persona promedio puesta en una situación excepcional.
Luna Miguel:¿Cómo creaste a Cristy, por cierto? ¿Qué es lo que más te gusta y lo que más odias de ella?
Tilsa Otta: Ay, me cuesta explicar cómo la creé. No hubo un método, fue creciendo y afianzando sus rasgos con los desafíos que le planteaba la trama. Sí quería que fuera una chica con convicciones feministas para que hablara de su época, que represente la apertura millennial/centennial a la diferencia. Me gusta que sea un poco neurótica y nerd, mis mejores amigas de Lima también son así ahora que lo pienso. Ya entrando en el terreno del spoiler, me gusta que decida experimentar con otra chica porque amo que las chicas se amen. No odio nada de ella, hay momentos en los que no me cayó bien pero no puedo juzgarla.
Luna Miguel: Aunque parezca una mujer despreocupada a ratos, a mi me parece divertidísima y erudita. Me recuerda a algunos personajes millennials de la ficción: los de Sally Rooney, los de series como Fleabag o incluso como Sex Education. De hecho ella se pasa la vida viendo Netflix. ¿Tenías la intención de dotar a tu protagonista de referencias generacionales?
Tilsa Otta: Justo esas son de las poquísimas series que he visto completas, son hermosas. Sobre las referencias generacionales, las incorporo como un modo de construir familiaridad, hiperrealismo, contemporaneidad, empatía. Como dices, Cristy está viendo Netflix al mismo tiempo que nosotrxs (aun cuando hay mejores opciones), entonces compartimos un momento, inquietudes, incluso perdemos el tiempo del mismo modo, un gran rasgo de nuestra era. Ella consume información todo el día (como muchxs de nosotrxs), intrascendente, reveladora, recomendaciones de google, y de todo eso sale un ser divertido y erudito, como muchxs jóvenes conectadxs al Internet de las cosas. Las referencias generacionales también aportan humor, mencionar a Ariana Grande o Tracey Emin resulta curioso e inesperado en una novela.
Luna Miguel: Una referencia no generacional: Hildegarda de Bingen. Digo no generacional, aunque al menos en España se está poniendo otra vez de moda. Ahora Lumen acaba de publicar una novela histórica sobre su vida, sin ir más lejos. ¿Qué relación hay entre Cristy y la mística de la Edad Media?
Tilsa Otta: ¿No es increíble que se esté poniendo de moda Hildegarda? Cristy se siente inspirada por ella porque comparten el mismo don. Antes de conocer personas cercanas a su búsqueda ella es su principal referente.
Luna Miguel:¿Y qué relación hay entre Hildegarda y Tilsa Otta?
Tilsa Otta: Ambas escribimos y componemos canciones, aunque yo no he completado un disco. Me interesan lxs místicxs, Hildegarda, Hölderlin, Juana de Arco, los enteógenos, el trabajo con la energía. Si quieres que te lo diga, me siento una persona mística y disfruto el soplo de vida que eso imprime en lo que pueda crear.
Luna Miguel: La fe es otro de los grandes temas del libro. Después de escribirlo… ¿crees en Dios? ¿Y antes?
Tilsa Otta: Creo en la energía cósmica que anima el universo y antes de escribir el libro también, y antes también.
Luna Miguel: ¿Qué te interesa de la religión?
Tilsa Otta: Sus relatos, su imaginario, su mitología, su estética. Cierta sabiduría y buena intención que ha logrado sobrevivir a la ambición y las malinterpretaciones.
Luna Miguel: ¿Y de la astrología?
Tilsa Otta: Me interesa su profundidad simbólica, el protagonismo que le da a la actividad astral, pero no he profundizado en ella. Igual sigo los memes zodiacales y es innegable que mi círculo más cercano se ha poblado de leos como yo.
Luna Miguel: ¿Alguna vez rezaste o consultaste tu horóscopo para escribir?
Tilsa Otta: Para escribir no. Pero cuando tenía quince años y era fanática de Alejandra Pizarnik la invoqué con una ouija casera porque sentía la necesidad de hablar con ella, estaba sola en mi cuarto en la penumbra de la medianoche. No me contestó, felizmente. (Sé que eres su fan Luna, espero que no intentes esto en casa).
«Cuando tenía quince años y era fanática de Alejandra Pizarnik la invoqué con una ouija casera porque sentía la necesidad de hablar con ella, estaba sola en mi cuarto en la penumbra de la medianoche. No me contestó, felizmente».
Luna Miguel: Sé que estoy retrasando mucho el gran tema del sexo, pero te juro que lo hago por cierto pudor. La premisa de tu libro es que tu protagonista tiene visiones cuando alcanza el orgasmo. Aunque ya se intuye en el texto… ¿crees que eso es un súper poder o quizá una condena?
Tilsa Otta: Pienso que es potencialmente ambas cosas. Hay súper poderes que nos hacen vulnerables, como a Rogue de X-Men, que sufre al no poder tener contacto físico porque su cuerpo absorbe la energía de los demás. Por eso algunos superhéroes extrañan ser personas normales, y lxs famosxs también.
Luna Miguel: Hay pequeñas reflexiones sobre la bisexualidad y sobre el poliamor, o más bien sobre otras maneras de entender los vínculos sexoafectivos. ¿Qué te interesa de estos dos temas tan poco comunes en nuestra literatura?
Tilsa Otta: Me parece que son temas que merecen ser reflexionados, para ganar amplitud de visión y tolerancia. Son manifestaciones de libertades personales muchas veces reprimidas y estigmatizadas. En el plano personal, la bisexualidad es un aspecto constitutivo de mi vida, uno muy luminoso.
Luna Miguel: Después de los temas, voy a la forma, para ir terminando. Te haré la pregunta más típica y más tonta, pero que no deja de ser importante: ¿cuánto de la Tilsa Otta poeta hay en esta primera novela?
Tilsa Otta: Creo que la parte más divertida, la Tilsa poeta escribió las mejores partes y se divirtió más.
Luna Miguel:¿Cuál ha sido la transición más compleja entre la escritura de esos dos géneros?
Tilsa Otta: Sentarme un buen rato, sin saltar a otras cosas.
Luna Miguel: Y ya la última pregunta: ¿nos recomendarías a otrxs jóvenes escritorxs, ya sean poetas o narradorxs, de Perú, para que podamos seguir investigando?
Tilsa Otta: De poetas, pienso en Antonio Chumbile, Katherine Medina, Fio Loba, Osman Alzawihiri, Hiedras, Kevin Castro, Jerónimo Pimentel… De narradores, Paloma Mujica, Pierre Castro, Katya Adaui… me falta leer a muchxs.
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