Qué cómic leo si no tengo ni idea de cómics

Nos hemos propuesto que hasta la persona más desconectada de las viñetas encuentre el título que mejor responda a sus intereses y lo sacuda emocionalmente: va una guía de recomendaciones basada en la diversidad y que espera sumar para la causa a todos aquellos que viven desterrados del género.

16 marzo,2023

El cómic lleva muchos años sacando pecho. La conjunción de creatividad desatada, ambición temática y oferta descomunal dejan sin argumentos a los que, por cualquier motivo, siguen dándole la espalda. La eclosión del manga entre las capas más jóvenes de la sociedad, el espectacular poder de convocatoria de tantos festivales que se organizan a lo largo y ancho de la geografía española, la irrupción de talento local que ve su trabajo reconocido a nivel internacional, el imparable goteo de películas y series de televisión que tienen su origen en los cómics, la apertura de librerías especializadas o la ampliación del espacio dedicado a los mismos en las generalistas… constituyen algunos ejemplos de la fuerza y versatilidad del género.

Aunque todo aficionado a la novela gráfica encontrará en el siguiente escaparate ideas sugerentes, su objetivo principal es abrir los ojos del profano, guiarlo por la ingente y proteica cosecha de títulos para expulsarlo de su asociación del género con el infantilismo o cualquier otro malentendido que pueda circular. Obras para pensar, evadirse, alucinar, descubrir, cuestionar…. en la variedad, como dicen, está el gusto. Porque el mundo es inabarcable y complejo, pero muchas veces lo más significativo encuentra cabida en ese espacio mágico llamado viñeta.

Para entender la Historia y el presente convulso

Los cómics pueden ser una utilísima puerta de entrada, o un método de aproximación alternativo al ensayo o las memorias, a hechos históricos clave, cuyo eco sigue resonando en el presente. Clásico entre los clásicos, Maus de Art Spiegelman demostró que no había asunto vetado a la viñeta con su visión del Holocausto a través de una familia de ratones. Todo el horror y el escalofrío de esa infamia, pero también toneladas de calidez y atisbos de humor para narrar lo inenarrable. No menos arriesgada y a la postre exitosa fue la apuesta de Marjane Satrapi por explicar la Revolución Islámica de Irán a través de sus recuerdos de infancia en Persépolis. Otra prueba de que es posible equilibrar la oscuridad y la luz. 

Igual de traumático fue el recorrido vital de la coreana Lee Ok-Sun, vendida de niña a diversas familias adoptivas y años después forzada a ser una esclava sexual para el invasor japonés durante la Guerra del Pacífico. Su tremebunda historia la cuenta Keum Suk Gendry-Kim en Hierba, recolectora de un trolebús de prestigiosos galardones. En esta selección tampoco podíamos olvidar a un mito viviente como Joe Sacco, cuyo último trabajo, nacido de una profunda investigación sobre el terreno, es Un tributo a la Tierra, una denuncia de la explotación de las comunidades indígenas de Norteamérica, que supone también una celebración de su forma de entender la Naturaleza.

Y no podía estar más de actualidad la comprometida labor de Igort, quien tras revelarnos algunos de los episodios más oscuros de la antigua Unión Soviética en Cuadernos ucranianos y rusos, nos remueve con un reportaje gráfico cuyo título lo dice todo: Cuadernos ucranianos. Diario de una invasión. Otros autores con una fuerte conciencia social han sido el fenómeno italiano Zerocalcare, capaz de llevarnos a la Guerra de Siria en Kobane Calling, o de mostrarnos la revolución de los ezidíes, una minoría étnica masacrada y discriminada en el corazón del Kurdistán Oriental, en No Sleep Til Shengal, y Fabian Toulmé, quien en La odisea de Hakim nos encoge el corazón con el relato de supervivencia de un refugiado sirio.

Para reflexionar con una sonrisa y encontrar la paz interior

Los títulos precedentes nos han informado, sacudido, abierto los ojos y hecho pensar. Sin abandonar el terreno de la reflexión busquemos ahora ángulos más amables, simpáticos y tiernos. ¿Ha habido algún personaje más capacitado para mostrarnos desde el humor y la salida ingeniosa, mezcla paradójica de candidez y causticidad, buena parte de cuanto anda torcido en este planeta que Mafalda? La inmortal creación de Quino tiene una colección propia, «La pequeña filosofía de Mafalda», donde se agrupan sus historietas por bloques temáticos: Guerra y paz, Cómo va el planeta, Así está el mundo, La injusticia, ¡Amigos para siempre!, etcétera.  Y para los fans de su creador, acaba de publicarse todo un regalo, Quino inédito, un conjunto de tiras nunca publicadas donde lo más serio (fanatismo religioso, la desigualdad social, la corrupción, el militarismo, el desgaste del amor…) se empaqueta en tronchantes soluciones gráficas.

Buenos momentos, si bien a partir del recurso a instrumentos muy distintos, es lo que asimismo brindan los libros del ilustrador Óscar Alonso, de nombre artístico 72 kilos. Títulos como Gracias, Cosas que importan o El mundo es un regalo, son invitaciones, llenas de colorido y sensibilidad, a pausar la aceleración en la que vivimos instalados para centrarnos en lo que de verdad llena de sentido a nuestras vidas, como la familia, la amistad, el cuidado emocional y físico…  

En una parecida longitud de onda se sitúa El sol, el mar y las estrellas, el viaje sanador y liberador en busca de la paz interior que nos propone la ilustradora Iulia Bochis  a partir de las palabras de grandes filósofos, novelistas y poetas como Rupi Kaur, Emily Dickinson o Thich Nhat Hanh.

Para reírte a carcajadas

Varios de los momentos servidos por los libros de la sección anterior nos han traído una sonrisa a los labios o directamente nos han hecho reír pero aquí lo que buscamos es dar un salto de intensidad para desternillarnos. Si alguien sigue anclado en la idea de que la literatura y la ciencia son materias exclusivamente sesudas y académicas, debería hacerse ya con algunos de los recopilatorios de las tiras cómicas que Tom Gauld lleva diecisiete años publicando en The Guardian y New Scientist, respectivamente. Tras En la cocina con Kafka (¿sabían de las dotes culinarias del autor de La metamorfosis?), La venganza de los bibliotecarios es su más reciente festival de ingenio y humor en el retrato de las miserias del microcosmos literario, ese gran carnaval de vanidad, envidia, esnobismo, apariencias y fracasos. Busquen también sus volúmenes de tiras científicas (El Departamento de Teorías Alucinantes y Todo el mundo tiene envidia de mi mochila voladora), sus cómics sueltos (Goliat, Un policía en la luna), y su álbum ilustrado infantil (El pequeño robot de madera y la princesa tronco).

Y si de hablamos de HUMOR, así en mayúsculas, no ha habido mayores maestros que la cantera surgida de la factoría Bruguera. Y el primero de la fila podría ser Ibáñez, incombustible a su provecta edad, quien últimamente no ha faltado a su cita con los grandes eventos deportivos (Mortadelo y Filemón. Especial Mundial 2022, Mortadelo y Filemón. Mundial de Baloncesto 2023), o Josep Escobar, cuyas dos creaciones más icónicas cumplen al alimón 75 años de lozanía y carcajadas, celebrándolo con libros conmemorativos: Zipi y Zape. Los gemelos más famosos del tebeo Carpanta. El icono del tebeo que retrató toda una época.

Para alternativos

¿Lo mainstream te provoca sudores fríos? ¿Las narrativas y visiones convencionales te sacan de tus casillas? ¿Huyes como de la peste de las listas de más vendidos y de los dictados del algoritmo? ¿Lo que más aprecias son voces que te desmonten los esquemas, te muestren ángulos de entrada sorprendentes a temas que te apasionan?  Aquí te escuchamos. 

La aclamada historietista sueca Liv Strömquist le está tomando el pulso a nuestra vida emocional actual y a nuestros hábitos relacionales con una estimulante combinación de frescura, humor, filosofía y literatura. En No siento nada explora los asuntos de Eros partiendo de la tesis de que enamorarnos supone una experiencia de creciente excepcionalidad. Recurriendo a pensadores como Byung-Chul Jan, Slajov Zizek o Eva Illouz, la obra pone el acento en el modo en que la cultura neoliberal y la proliferación de discursos maximalistas en favor del culto al yo desencadenan una aproximación consumista, racional, narcisista y profiláctica al ámbito de las relaciones sentimentales. En el más reciente La sala de los espejos, lanza sus redes sobre la dictadura de la imagen en la era de Instagram. ¿Nos estamos convirtiendo en la madrastra de Blancanieves?, ¿cómo es la relación con nuestros cuerpos cuando los likes parecen dictaminar la belleza?, son algunas de las preguntas cruciales que se formula la autora.

Su colega Posy Simmonds también entiende el cómic como un vehículo para analizar el momento social y las formas presentes de estar en el mundo, con especial énfasis en los roles femeninos, jugando además a releer en clave contemporánea grandes clásicos literarios. Si en Gemma Bovery se atrevía nada menos que con Madame Bovary de Gustave Flaubert, en Tamara Drew le tocó el turno a Lejos de mundanal ruido de Thomas Hardy, títulos hermanados por su incisiva mirada a las relaciones humanas y a la degradación del medio rural. 

Los deseosos de más acidez, más crudeza, más carga voltaica, más calle, más mala uva, más experimentación… tienen a su disposición, bajo su cuenta y riesgo, Vernon Subutex. Primera parte, la adaptación del célebre dibujante Luz de la novela homónima de la francotiradora Virginie Despentes sobre la caída en barrena del antiguo propietario de la legendaria tienda parisina de discos Revólver.

Y estos mismos amantes de las experiencias fuertes también cuentan, por descontado, con la bibliografía de Carlos Giménez, artífice de series míticas como Los Profesionales o Paracuellos. Recién salida del horno, su última genialidad es Cementerio estelar, título que responde a un lugar situado en los confines de la Vía Láctea, una atracción turística cuyos visitantes comparten una curiosidad común: conocer las historias de héroes olvidados, personajes a los que la Historia dio la espalda y por ello nunca llegaron a entrar en la memoria colectiva

Para alucinar en colores

Si eres de los que se piensa que todo está inventado a nivel de ilustración y grafismo, que pondrías la mano en el fuego a que lo has visto todo en términos de lenguaje visual, nos vamos a limitar a darte tres nombres que muy probablemente te obliguen a reconsiderar tales certezas: Charles Burns (Agujeros negros, Tóxico, Vista final, Laberintos 1 y 2), Ilu Ros (Una trilogía rural, Federico, Cosas nuestras)Ame Soler (Akelarre. Hemos venido a escribir nuestra historia/Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar).


«Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito», escribía William Shakespeare en Hamlet. ¿Hemos probado que podemos cambiar «cáscara de nuez» por «viñeta» y que el sentido de la frase quedaría intacto?

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